"En verano a la sombra y en invierno al sol”

Afortunadamente ha descendido la canícula, pero los mercurios continúan rozando la zona roja. Es tiempo de evitar el ejercicio al aire libre y de fomentar las actividades que se practican a la sombra y, créannos, hay muchas. En todos los telediarios y servicios informativos en estas fechas nos acribillan con consejos para evitar que “el Lorenzo” nos ase el costillar y nos provoque los temidos golpes de calor. Incluso algunos sindicatos y asociaciones de consumidores han editado decálogos con recomendaciones para llevarlo mejor cuando pasamos de los 35 grados. Nosotros los vamos a resumir con un viejo refrán castellano que reza: “los mandamientos se cierran en dos: en verano a la sombra y en invierno al sol”. No evitaremos tampoco recordar a los patrones que trabajar al raso en determinadas condiciones climáticas no aumentará la cuenta de resultados, sino al contrario.

Y al hablar de calor no podemos obviar que la sed se quita mejor con agua, agua que, por cierto, continúa bajando por el Trasvase Tajo-Segura hacia Levante gracias a la derivación de 20 hectómetros cúbicos recientemente aprobada. En este sentido, hace poco leíamos que el presidente murciano, Fernando López Miras criticaba a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera por haber dicho “que lo extraordinario (en referencia a los trasvases) no se puede convertir en ordinario…..” y que “hay que dimensionar las cosas y que (el trasvase) no pase a ser la regla”. Estas palabras, que al dirigente de Murcia le han olido a cuerno quemado, han sonado a gloria en los oídos del Gobierno regional y de la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, a la que, por cierto, felicitamos ahora que se cumple un cuarto de siglo desde su creación. Y, para que no se desanimen sus integrantes, les recordaremos la estrofa del viejo tango que decía, más o menos, aquello de “veinticinco años no son nada….”. Y que la lucha continúa.

Cierto es que no hay fecha de cierre de esta infraestructura tan nefasta para los intereses de nuestra tierra, pero, haciendo de nuevo referencia al refranero, “menos da una piedra”. Todo parece indicar que el asunto se observa desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez con una óptica algo diferente, aunque hay que pasar de las palabras a los hechos y reconocer que aquí el agua no sobra y que Cuenca también tiene derecho a que sus pueblos no se mueran de sed y de despoblación ¡Basta ya de trasvases!

No podemos terminar sin algunos consejos para el alcalde de la capital, Ángel Mariscal: haga usted que quiten las vallas y arreglen muchos desperfectos que afean la ciudad y que pueden suponer un peligro para la ciudadanía, como ya han denunciado algunos vecinos. De ese modo, en ninguna barriada se cuestionará que vaya usted a pregonarle sus fiestas.