Para Beteta y su patrona
Cuenta la Historia, que un día,
regresaba aquel pastor
de tierras de Andalucía
con su rebaño, y sudor.
A lo lejos ya divisa
Beteta, junto a la Sierra;
de repente tiene prisa
para llegar a su tierra.
Y, de pronto, sin querer,
divisa, entre la maleza,
algo que parece ser
Imagen de gran belleza.
Contento vuelve a su hogar,
con la Virgen y el rebaño,
que después de tantos años,
nada igual pudo encontrar.
Por más que quiso explicar,
de la Imagen el encuentro,
nadie le quiso escuchar
creyéndose que era un cuento.
Entre un rosal yo la vi,
y la cogí con cuidado.
Y, de repente, me creí
el Ser más afortunado.
Jamás esperé encontrar
algo tan puro y hermoso,
en mi largo caminar,
por esos campos frondosos.
No hay en el mundo una cosa
que se pueda comparar,
a la “Virgen de la Rosa”
a la que yo ¡pude hallar!