Y otra vez en campaña
in tiempo para recuperarnos de las elecciones generales del pasado 28 de abril, en las que las urnas premiaron el trabajo de diez meses de un gobierno que ha intentado recuperar derechos y tender la mano a Cataluña abriéndose al diálogo aunque poniendo como límite inquebrantable la Constitución frente al alarmismo y la confrontación social que han tratado de generar los tres partidos de derecha, este viernes arranca una nueva campaña municipal, la de las elecciones municipales, autonómicas y europeas que se celebrarán el próximo 26 de mayo.
Se trata, en este caso, de una cita electoral muy distinta, previsiblemente menos polarizada y menos ideológica, sobre todo en el caso de las municipales, aunque de cara a las elecciones a las Cortes de Castilla-La Mancha son múltiples las diferencias entre los dos grandes partidos: basta comparar lo realizado en estos cuatro años por el gobierno que lidera Emiliano García-Page con los recortes que imperaron durante la legislatura de María Dolores de Cospedal.
Es verdad que son muchas las necesidades que tienen tanto la provincia como la región, y que no se entiende, por ejemplo, que cuatro años no hayan sido suficientes para poner en marcha la tan anunciada hemodinámica, la cual no obstante parece que está a punto de poder ofrecerse a los usuarios del hospital Virgen de la Luz, que de esta manera no tendrán que desplazarse a Albacete para someterse a pruebas tan comunes como un cateterismo. Pero, pese a las deseables mejoras que siguen siendo necesarias en sectores como la sanidad o la educación, parece claro que desde junio de 2015 la situación ha mejorado en estos y otros ámbitos. Porque, por mucho que uno de los candidatos del PP a las Cortes regionales, Julián Huete, diga que “no se ha hecho nada en cuatro años, ni una mejora, ni un nuevo centro de salud o infraestructura”, en este tiempo han reabierto escuelas rurales, aumentado las contrataciones tanto de maestros y profesores como de personal sanitario, se han mejorado las instalaciones del hospital y reiniciado las obras del nuevo y se ha vuelto a poner en marcha el centro de salud de San Fernando. Por lo que Julián Huete, parece claro, o no está al día o miente.
Volver a quedar en las manos de un partido que ya sabemos cómo dejó la región hace cuatro años con la supresión de escuelas, de servicios sanitarios, del Defensor del Pueblo, de eventos culturales como la Feria Regional del Libro, conllevaría, entendemos, un serio retroceso que, superados los años más duros de la crisis pero con problemas que persisten como el de la despoblación, no nos podemos permitir.
Ya en el caso de las elecciones municipales, la situación cambia porque, tradicionalmente, en ellas los ciudadanos votan más a las personas que a las siglas. Y en el caso de Cuenca capital es tal el número de candidaturas, cerca de la decena, que es imposible prever qué puede pasar el 26M. Máxime cuando Izquierda Unida y Podemos han decidido presentarse por separado, Ciudadanos no ha contado en sus listas con sus actuales concejales y hay un nombre propio que suena con fuerza para acabar con el bipartidismo de PP y PSOE o para, al menos, obligar a una de estas formaciones a un gobierno de coalición: el del médico y presidente del Liberbank Cuenca Isidoro Gómez Cavero. Es evidente que populares y socialistas tienen una implantación importantísima en la capital, lo que les garantiza un elevado número de votos, pero la candidatura de Gómez Cavero puede pasar factura tanto a uno como a otro, además de a Ciudadanos, y revolucionar la composición del próximo pleno municipal.
Estos y otros ingredientes hacen que las de este mes de mayo vayan a ser unas elecciones más inciertas y, por tanto, más emocionantes, que las generales de abril. Aunque lo importante es que, de ellas, salgan gobiernos que se preocupen por el desarrollo de Cuenca.
