El ocaso del amor

Cuando muere el amor, llega el fracaso,

fracaso de un amor desmesurado,

siempre lleno de aromas y pasados,

plagados de recuerdos y de ocasos.

Cuando muere el amor, se acaba todo.

Todo lo que mi mente idolatraba,

mientras el candor me acompañaba

y me sienta querido, de algún modo.

¿Qué será la vida sin calor?

Un calor que llega a las entrañas,

y te hace sentir, de forma extraña,

alejando de ti cualquier temor.

La infancia son recuerdos, dijo el poeta,

recuerdos que en la vida van marcando,

y por mucho que sigas caminando,

no llegarás a divisar la meta.

Pero no todo trata de tristeza,

porque la tristeza tiene cura,

cuando dejamos de tener cordura

y encontramos en la vida una promesa.

Un inmenso calor nos divisó,

aquélla feliz tarde de verano,

entre rosas, cogidos de la mano,

hasta que la chicharra se calló.

Todos los recuerdos de mi ensayo,

son, solamente, pura coincidencia,

y poco a poco descargo la conciencia

bajo la sombra de un olmo, el mes de mayo.

Más tarde, los inmensos olivares,

me llaman al descanso y al hogar.

En esta tierra, tan lejos del mar,

que tengo como altar en los altares.