De no recibir a no querer recibir
En la pasada legislatura, el Ayuntamiento de la capital se quejaba de la falta de iniciativas y de apoyo del Gobierno regional, del que ciertamente no recordamos ningún proyecto capaz de generar no solo ilusión, sino empleo y desarrollo, más allá de la reconversión del antiguo Ars Natura en Museo Regional de Paleontología. Lo más llamativo, hay que recordar, fue el recorte perpetrado a los servicios públicos, el cual supuso la pérdida de en torno a 500 empleos en toda la provincia que incluso afectó a sectores como la sanidad y la educación y produjo una merma considerable del consumo interno y despoblación. Fue también una legislatura en la que el Gobierno regional, de la mano de la Diputación, boicoteó durante un año una rehabilitación esencial no solo ya para nuestro patrimonio histórico, sino para la seguridad, como era la del muro de la calle Alfonso VIII. O durante la que tampoco salió adelante un proyecto de mínimos para terminar el estadio municipal de La Fuensanta.
En cambio, en esta nueva legislatura, tras el cambio de color político producido tras las elecciones de 2015 en Ayuntamiento y Junta de Comunidades, además de que se está recuperando empleo público, según el presidente regional en torno a 400 puestos de trabajo, si algo no le falta al Gobierno regional son proyectos que buscan, entre otras cosas, devolver a la capital y a su provincia la autoestima perdida, frenar la despoblación y reactivar el consumo y la economía.
El ejemplo más claro de un proyecto hecho realidad que situó a Cuenca en el mapa de la cultura fue la exposición ‘La poética de la libertad’, con obra del popular Ai Weiwei, que acogió la Catedral en 2016. Lástima, eso sí, que en 2017 la tardía aprobación de los presupuestos impidiera organizar otra gran exposición dedicada al arte medieval. Pero, para este año, ya hay prevista una muestra dedicada a Sorolla y otra a la Semana Santa. Y es de prever que se empiece a exhibir parte de las obras que el coleccionista cubano-estadounidense Roberto Polo ha cedido al Gobierno regional para su exposición en Toledo y Cuenca. A ello hay que añadir la inauguración de la tercera fase del Museo de Paleontología, que contará además con un instituto de investigación, o los nuevos contenidos, centrados en mineralogía y geología, de los que se ha dotado al Museo de las Ciencias.
En cuanto a los ascensores al Casco Antiguo que el Gobierno regional se ha ofrecido a financiar en un 80 por ciento, es verdad que es un proyecto con todavía mucho trabajo por delante, pero la apuesta es clara y el compromiso presupuestario, también. Como la mostrada por el presidente por traer a Cuenca un hotel de convenciones o dotar a la asociación de vecinos de Las Quinientas de un Centro de Día de Mayores en el barrio.
Pero, curiosamente, sucede que toda esta batería de proyectos, que ya hubiera querido para sí el anterior alcalde, son menospreciados por el actual, Ángel Mariscal, que incluso descalifica a quienes se lo proponen llamándoles “vendedores de humo” y acusándoles de lanzar promesas tras las que, según él, “no hay nada”.
Mala estrategia es esa, nos parece, de criticar al que propone y de exigirle con premura financiación para todas sus propuestas en vez de ofrecer su colaboración. Porque, ¿acaso si esos proyectos vinieran de un Gobierno autonómico del color de su partido político, daría la misma respuesta?
Es algo que debería preguntarse Mariscal, y que debe hacer reflexionar a todos los políticos, sean del partido que sean, porque si algo deberían tener todos bien claro es que se deben a los ciudadanos. Y que, sobre todo teniendo en cuenta la situación actual de Cuenca en cuanto a pérdida de población, falta de industria, caída del poder adquisitivo, y un largo etcétera, en ninguna cabeza cabe que se pueda menospreciar, cuestionar, e incluso rechazar, proyectos que lo que pretenden es, precisamente, nuestra reactivación. Con su actitud, Mariscal puede que haga un excelente trabajo al servicio de la estrategia, creemos que equivocada, de su partido, pero demuestra que no piensa en su ciudad.
