Una joya

Bueno, pues por fin –gracias sean dadas a los dioses– parece que todo empieza a marchar por buen camino en el yacimiento de la villa tardoromana de Noheda: por un lado con las por fin ya iniciadas visitas al extraordinario mosaico que la ha puesto en lugar preferente dentro del mapa arqueológico europeo y que tanta repercusión ha venido teniendo últimamente en distintos medios de comunicación; por otro por la anunciada restauración que pondrá en completo valor lo precisamente albergado por la estructura arquitectónica creada para protegerlo; y, en tercer lugar, por, asimismo, la iniciación de los trabajos de una nueva campaña de excavaciones. Si lo primero representa el acceso de conquenses y visitantes a su disfrute añadiendo con ello un atractivo más a la oferta turística de la provincia, lo segundo, concretado ya con la firma el pasado lunes del correspondiente contrato con la empresa adjudicataria de los trabajos, apuntalará ese atractivo mientras que lo tercero parece confirmar la decisión de mantener de manera continuada las labores para seguir descubriendo el resto de un complejo cuya importancia cada vez se afianza más; unas labores que según se ha anunciado van a centrarse en lo que todo indica que podría ser un gran salón de recepciones ya comenzado a sacar a la luz, a la vez que un peristilo, en la anterior etapa de excavaciones, pero que incluirá además una serie de estudios que permitirán a los investigadores seguir descubriendo cuáles eran las costumbres y dieta alimenticia de los habitantes de la villa –tanto de su dueño como de quienes la trabajaban y mantenían– así como se continuará procediendo a establecer su configuración y límites mediante el uso del georradar. Congratulémonos pues, que vaya si no se lo merece lo que sin duda es una joya, esa joya que la conjunción de voluntades y acciones debe seguir puliendo como señalaba la coordinadora regional de Promoción y Enseñanzas Artísticas de la Junta de Comunidades, Yolanda Rozalén. Una joya que debemos seguir cuidando y que ojalá, bien gestionada, sirva a su vez que para aumentar nuestros conocimientos e instrumento de cultura, también como herramienta de impulso económico para toda Cuenca pero especialmente para los vecinos de Villar de Domingo García que precisamente este fin de semana, desde ayer jueves ya en concreto, ahí andan celebrando –con charlas, talleres, proyección fílmica, actuación teatral, y otras actividades deportivas y lúdicas– sus ya octavas Jornadas Romanas. Amén.