Una herramienta a utilizar

No sé si la mayoría de ustedes habrán ya oído hablar, ni cuánto, de las ITIs, es decir, las inversiones territoriales integradas, pero ojalá oigamos mucho de ellas, de su aplicación y ejecución por estas nuestras tierras de ahora en adelante. Enmarcadas dentro de la serie de propuestas adoptadas en octubre de 2011 por la Comisión Europea para la política de cohesión de la Unión para el período 2014-2020, están pensadas para poner en marcha estrategias territoriales que, de un modo integrado, promuevan y fomenten nuevas actividades en zonas especialmente deprimidas por problemas de despoblamiento y declive socioeconómico, permitiendo combinar la financiación vinculada a diferentes objetivos temáticos y a diversos programas operativos apoyados por los distintos Fondos Estructurales y de Inversión Europeos. Una herramienta pues de desarrollo que en lo que más directamente nos afecta se deberá desarrollar en nuestra provincia en núcleos de población de menos de dos mil habitantes –que, como bien saben, no nos faltan precisamente– según el acuerdo de abril de 2016 del Consejo de Gobierno de nuestra Comunidad Autónoma que estableció ese área de acción junto a otras cuatro en las otras provincias del ámbito territorial de la región en base el estudio realizado por la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural sobre las comarcas en riesgo de despoblamiento, utilizando como parámetros evaluables el elevado índice de ruralidad, las altas tasas de desempleo y su declive socioeconómico; un acuerdo posteriormente modificado en algunos aspectos en agosto del año pasado para, entre otros puntos, mejorar la desde luego imprescindible representación de la sociedad civil integrando a entidades que promuevan la inclusión social, la igualdad de oportunidades, el desarrollo humano sostenible y la no discriminación. Por cierto que estaríamos hablando de una asignación indicativa para el global de la Comunidad de más de cuatrocientos millones y medio de euros, que no es, desde luego, moco de pavo. Eso sí, es una herramienta que, aparte de que sólo será eficaz si se desarrolla mediante una estrategia territorial intersectorial e integrada, también cabe exigir que se diseñe mirando no a las tecnologías y actuaciones tradicionales sino, ya que a ello vamos, mediante unas infraestructuras inteligentes y digitalmente integradas y unas energías renovables asimismo digitalizadas para incorporar las zonas no mediante lo que pudo ser bueno hace unos años pero sin duda ya no, sino aplicando lo adecuado para incorporarse a esa tercera revolución industrial que los expertos aseguran que ya tenemos encima. ¿Seremos capaces?