Cuenca-Lisboa

Dentro de las actividades que, bajo el epígrafe genérico de “Otoño en las Hoces”, oferta estos días a propios y visitantes el ayuntamiento de nuestra capital bien directamente programadas por él o bien realizadas en colaboración con distintas asociaciones y colectivos, va a figurar este año un denominado Encuentro Cuenca-Lisboa que el próximo día 30 traerá a la Fundación Antonio Pérez la inauguración de una muestra del pintor luso Luis Geraldes en un acto que incluirá la interpretación por parte de la Escolanía Ciudad de Cuenca de una serie de composiciones basadas en músicas populares portuguesas, primer paso, según los responsables municipales, de una deseada relación recíproca posterior en este terreno de la cultura, Una iniciativa que bien podría asimismo acoger –la posibilidad surgió, si bien ocasionalmente, al hilo del anuncio de tal propósito, en el aludido acto de presentación– la recuperación del diálogo entre la poesía portuguesa y la española promovida en los años ochenta del pasado siglo por las Jornadas Poéticas que, organizadas por Ángel Crespo, Enrique Trogal y Carlos de la Rica, a más del análisis de la obra de Pessoa, trajeron a Cuenca, en vivo y en directo, a lo más granado de la lírica en la lengua de nuestros vecinos: Eugénio de Andrade, Antonio Osório, Manuel de Melo y Castro, Al Berto, Eduardo Pitta, Casimiro de Brito… Se cumpliría así la aspiración que a este respecto ha estado siempre en el interés de los organizadores de otra de las propuestas del otoñal programa recién presentado, el Festival “Poesía para Náufragos” que este viernes y sábado cumple precisamente su séptima edición en la sede la Racal y en la Sala Rothus y que hasta ahora, por falta de disponibilidad económica, se ha venido reduciendo a la presencia aislada en sus ediciones de algún poeta portugués, por ejemplo en la anterior de Carina Anselmo o en la presente de Carlos Ramos. Ojalá pueda, junto a otras actividades, llevarse a cabo en el marco de ese propósito de relación entre dos ciudades que en su día fueran confrontadas en paralelo, como al finalizar el ya reiteradamente citado acto municipal recordaba, en conversación particular, el director del cine club Chaplin José Luis Muñoz, en un precioso artículo periodístico (que quizá no vendría mal recuperar para un mayor conocimiento general) por el escritor y crítico literario conquense, a más de fecundo traductor a nuestro idioma de la obra de Eça de Queiroz, Andrés González Blanco.