Conocernos mejor

No es, al menos a este articulista no le parece, que Cuenca, es decir, los conquenses, nos hayamos preocupado especialmente a lo largo del tiempo –hechas sean las excepciones que hayan de hacerse, que claro que las ha habido– por conocer ni dar a conocer, ni hacia fuera ni hacia dentro, nuestra propia historia, nuestro propio acontecer histórico. Hasta tal punto este no hacer ha sido real que casi se ha creado la sensación de que por aquí, por estos nuestros lares, han pasado muchas menos cosas –muchos menos acontecimientos, muchas menos realizaciones, mucho menos logros– que por otros lugares del devenir nacional, y es que al fin y al cabo el no recordar y, como consecuencia, al no recordarlo, no ponerlo de relieve, conduce casi inevitablemente a pensar que no ocurrió. Bienvenidas sean por tanto iniciativas como esa muestra que, propiciada por la demarcación provincial del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla La Mancha y bajo el alicia-carrolliano título de “A través del espejo”, va a poner a disposición de cuantos queramos aprovechar la invitación a verla, la posibilidad de acercarnos a cómo y en qué manera y grado un movimiento artístico como el Modernismo, desarrollado entre los finales del siglo XIX y los inicios del XX, dejó huella, especialmente en los años veinte de la citada segunda centuria y coincidiendo con un momento en el que nuestra capital incrementó su población y experimentó una cierta reactivación económica, en su configuración arquitectónica y urbanística y qué se nos fue pero también qué resta aún, sin que reparemos en ello, de esa huella en estos nuestros días; una muestra que a lo mejor –ojalá– nos puede conducir además (seguro que es algo que ha estado en la mente de sus promotores a la hora de abordar su puesta en marcha) cómo podemos salvar y conservar lo que todavía queda de lo entonces originado. Una muestra que a partir de hoy viernes va a tener como marco precisamente una de las edificaciones entonces erigidas, el Hotel Iberia, diseñado por Luis Sanz de los Terreros, el mismo arquitecto de edificios tan emblemáticos de la Gran vía madrileña como los de La Adriática o el Círculo de la Unión Mercantil. ¿Qué? ¿Se me van a animar a visitarla?