Carreteras

La provincia recibía la pasada semana una muy buena noticia: el anuncio, realizado en Motilla del Palancar por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, de dar luz verde durante el primer trimestre del año a los estudios medioambientales para tratar de construir la autovía Cuenca-Albacete; una carretera que, hay que recordar, fue paralizada en la pasada legislatura por el anterior Gobierno regional, lo que ha supuesto para la Comunidad un gasto en indemnizaciones de en torno a 7 millones de euros.

Realmente, esta autovía pondría a Cuenca a un paso de Albacete, reduciendo considerablemente la hora y tres cuartos que en la actualidad se requiere para cubrir el trayecto por carretera entre ambas capitales de provincia y se reduciría considerablemente el riesgo de sufrir accidentes. Y nos pondría, también, más cerca del mediterráneo sin tener que hacer uso de la tan mejorable y peligrosa CM-220.

Eso sí, igual de importante sería retomar el proyecto de la conexión con Teruel a través de Tarancón y Guadalajara, tarea esta última que el presidente regional exige al Ministerio de Fomento. Una conexión en este caso vital para acercarnos a Guadalajara, Aragón y Cataluña.

Ojalá ambas administraciones se sienten a hablar y acuerden sacar adelante ambos proyectos por el bien de Cuenca y entorno. Porque no podemos conformarnos con el AVE, sobre todo dado lo poco accesible que este resulta para la mayoría de la gente.