"Capacidad de inversión"
El Partido Popular no está dispuesto a cambiar de postura con respecto al Almacén Temporal Centralizado (ATC), ese cementerio nuclear que, en 2011, un gobierno popular decidió que se construyera en Villar de Cañas para albergar durante décadas todos los residuos nucleares producidos en España. Para justificarlo, el candidato de este partido al Congreso de los Diputados en las elecciones generales del 28 de abril, Rafael Catalá, alude a su“capacidad de inversión y de creación de empleo”, algo lógicamente importante en una provincia tan alicaída como Cuenca. Pero, puestos a elegir, mejor que se siga invirtiendo en la construcción de un nuevo hospital destinado a velar por la salud de todos los conquenses que en una infraestructura que no solo no prestará ningún servicio fundamental a las personas, sino que supondría un riesgo perpetuo para las actuales y futuras generaciones de conquenses ante la posibilidad de que un escape o un seísmo en la zona generara una catástrofe.
Mostrarse favorable a un proyecto de este tipo es como estar dispuesto a vender el alma al diablo, pues el precio a pagar es altísimo: poner en riesgo el futuro de nuestros hijos, nietos, biznietos. Y en una provincia tan dependiente como Cuenca de las explotaciones agrícolas, que bajo tierra duerman durante décadas peligrosas sustancias radiactivas no creemos que pueda contribuir a la comercialización de nuestros vinos, quesos, tomates, lechugas, ajos y un largo etcétera, que son los que hoy en día ofrecen “capacidad de inversión y de creación de empleo”. Ni a esa imagen que se intenta dar de Cuenca como destino de naturaleza, de cultura, de gastronomía.
El Gobierno central actual, hay que recordar, suspendió en julió del pasado año, apenas un mes después de llegar al poder, la tramitación del permiso de construcción del silo argumentando que primero quería diseñar un plan energético. Y aunque el plan se ha quedado a medias ante la convocatoria de elecciones, esperemos que si algún día se termina no considere prioritario el ATC. Al menos no en Villar de Cañas, pues la idoneidad de los terrenos ha sido puesta en duda por consultoras y técnicos del propio Consejo de Seguridad Nuclear, de modo que puede haber razones de peso para que este proyecto sea definitivamente desechado. Lo que no puede ser es que, a cambio de unos cuantos millones de euros que probablemente se repartan entre muy pocas manos y de una dudosa creación de empleo, pongamos en juego el futuro de nuestra provincia y de sus dos principales sectores económicos, como está dispuesto a hacer el PP.
