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“A través de la escritura muestro mi alma”

La autora sordociega María Jesús Cañamares, vecina de Jábaga, publica su primer libro 'Relatos y punto' en cuyo título ha querido rendir homenaje al sistema Braille
“A través de la escritura muestro mi alma”
Fotos: Saúl García
03/03/2019 - Dolo Cambronero

Es ciega de nacimiento y a los once años, se quedó también sorda. Pero eso no ha sido impedimento para que María Jesús Cañamares Muñoz (Jábaga, Cuenca, 1963) se haya animado a lanzar su primer libro, Relatos y punto, a través del Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cuenca. La obra, que verá probablemente la luz en primavera, recoge 22 historias en las que incluye experiencias personales y también reivindicaciones.

La autora nos cuenta que su vida ha mejorado de forma considerable desde que hace cuatro años comenzara su proceso de implantación coclear: “Ahora escucho sonidos que con audífonos era imposible percibir, por ejemplo, el canto de los pájaros, el arroyo... Estoy muy contenta”.

¿De qué habla en su libro?

El libro recoge experiencias personales, tales como el manejo del ordenador, que es mi fuente de información, y al que se une la línea Braille para leerme en ese sistema todo lo que va saliendo en la pantalla. En Crónicas de una computadora cuento lo que esos aparatos me dan, las incidencias... También lo que el sistema Braille supone en mi vida, pues sin él no podría vivir. Además, recoge historias tradicionales, por ejemplo, cómo era la Navidad hace 40 años: mucho más familiar y hogareña y menos consumista. Hay también relatos sobre cómo las personas y animales con alguna minusvalía nos valemos de todos los recursos a nuestro alcance para defendernos en la vida y tratar de que no nos crean absolutamente inútiles. También hay relatos solidarios como El abuelo adoptado. Y otros, de temática más actual, como la violencia.

¿Cómo surgió la idea?

Tenía los relatos por ahí sueltos y un día me dije: ‘Voy a hacer un libro con los que más me gusten y trato de editarlo, y si no puedo, pues me quedo como estoy’. Pregunté a un pariente que me ayuda a administrar un blog si llevaría mucho tiempo juntar todo eso y formar el libro. Su disposición fue inmediata, así que se los iba mandando y él formó el volumen. Pensé en ofrecérselo a alguna editorial, pero leyendo opiniones de otros escritores, ví más negativas que positivas: la infinidad de condiciones que algunas ponen y la carestía del proyecto. También me daba que pensar la poca afición a la lectura que hay y dudaba de la acogida de mi libro. Sabía que Diputación había ayudado a otras personas a sacar proyectos adelante. Y me planteé escribir al presidente para preguntar si yo podría recibir esa ayuda.

¿Cómo ha sido esa colaboración?

¡Genial! Nos hemos compenetrado a la perfección. Me dirigí directamente a Benjamín Prieto y me mostró su deseo de concertar una entrevista. Nos conocimos el 12 de febrero. Fui acompañada de mi guía-intérprete por si no oía bien y necesitaba que me tradujera ella. Pidieron que les mostrase el libro que yo llevaba guardado en un disco. Mostraron un interés enorme, pues yo era la primera y única sordociega que conocían. Pasaron un buen rato ojeando el libro e intercambiando impresiones que la intérprete me iba escribiendo en la palma de la mano para tenerme informada, aunque el presidente me trató como si siempre hubiese trabajado con sordociegos, hablando pausado y muy claro para hacerse entender, algo que jamás me ha sucedido con ningún responsable político ni institucional. Cuando hubieron hablado entre ellos, Benjamín me comunicó que se quedaban con el libro y con la intención de publicarlo… ¡Me dejó sin palabras!

¿Con qué apoyos cuenta en su vida?

Los apoyos materiales son adaptaciones para todo. Si yo no tuviera la línea Braille y un programa que se llama Jaws y que es el encargado de sacar desde el ordenador al display de la línea todo lo que sale en pantalla, no podría manejarlo de ninguna manera. Lo mismo me ocurre con el Iphone. Otros apoyos materiales son los implantes cocleares, que me permiten escuchar; sin ellos, yo sería totalmente sorda. También tengo juegos adaptados, como parchís y barajas marcadas en Braille; y relojes.

Los apoyos humanos serían mediadores, guías-intérpretes, incluso, un amigo o familiar dispuesto a darme su brazo y guiarme donde tenga que ir. Si yo quisiera hacer el camino de Santiago, sola no podría, pero con alguien que me prestara sus ojos y sus oídos, podría hacerlo igual que cualquiera.

“A través de la escritura muestro mi alma”

¿Desde cuándo lleva escribiendo? ¿Qué significa para usted?

Desde que adquirí mi primer ordenador portátil, hará unos 18 años. Algunos de los relatos tienen ya esa edad. Es mi segunda afición, mi medio de expansión y ocio. Ahora que mis sobrinos y primos han crecido y no me piden cuentos inventados, se los cuento al ordenador, me desahogo, y a la vez, muestro mi alma, mis sentimientos. A través de la escritura me conoce mucha gente a la que de otro modo no habría llegado.

¿Cómo es el proceso técnico para escribir? ¿Necesita la ayuda de alguien?

Para escribir, nadie me tiene que ayudar. Lo hago tecleando en mi ordenador, en mi línea Braille, o si se trata de escribir algo en sistema Braille, lo hago con una máquina llamada Perkins. Otra cosa es adecentar un documento; ahí sí necesito la ayuda de una persona que vea, porque por más que yo utilice las opciones de Word, no estoy segura de si el documento está bien alineado o va cada línea como se le antoja al programa. Así que si es algo importante, recurro a Javier Rodríguez, que es el primer maquetador de mi libro, o a alguno de mis sobrinos.

¿Se presta suficiente atención al colectivo sordociego?

Nunca es suficiente. Mi colectivo es uno de los que más necesidades tiene y necesita más recursos para cubrirlas. A veces, los políticos no saben qué necesitamos, sobre todo en ciudades como Cuenca, donde nunca ‘sonamos’. Poco se habla de los sordos y de sordociegos, nada. Tenemos que ser nosotros muchas veces los que pidamos, los que llamemos a las puertas. El no ya lo tenemos, pero a veces suena la flauta por casualidad, como ha sido ahora mi caso.