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“Para mí, correr es un regalo, es una maravilla”

José Miguel Hernández se calzará las zapatillas para superar las empinadas cuestas de la MAMOCU de la misma forma que derriba las barreras del Parkinson
“Para mí, correr es un regalo, es una maravilla”
Sergio Evangelio (izq.) junto a José Miguel Hernández (der.) preparados para correr la XVII edición de la MAMOCU. Foto: M.Gómez
23/03/2019 - M.Gómez

La historia de José Miguel es una de las que fácilmente podría verse en las escenificadas películas americanas de grandes argumentos. Pero este zamorano de 55 años que lleva en Cuenca más de tres décadas no le gusta compararse con ese tipo de relatos. A él le gusta correr, y hace de ello su motor de vida para sobreponerse a una barrera como es el Parkinson.

José Miguel cuenta que ya le gustaba correr antes de que le detectaran esta ‘característica’. “Cuando noté que empecé a tener más dificultades para hacer cosas cotidianas es cuando comencé a practicar deporte con más intensidad, me veía bien y cada vez me encontraba mejor”, declara.

Conoce entonces a Sergio Evangelio, este conquense osteópata comenzó a tratar a base de masajes y acupuntura a José Miguel, creando un vínculo que permite a este corredor seguir mejorando cada vez que se calza las zapatillas. “Más allá del tratamiento, la unión con Sergio es emocional. Salimos a correr y me encuentro muy a gusto, y la ayuda que me ha dado hace que disfrute siempre haciendo deporte”, señala.

Por su parte, Evangelio incide en lo que le ha cambiado la vida conocer a José Miguel: “yo siempre trato de mejorar a mis pacientes, de ayudarlos desde un punto de vista físico, pero hay otra parte que en ese sentido, ha sido José Miguel quien me ha enseñado a mí. Su manera de afrontar la enfermedad como un proceso en el cual yo he visto a gente ante situaciones parecidas hundirse por completo, él saca su mejor versión, ¡por eso digo que soy yo el que está aprendiendo de él!”, afirma.

Desde entonces, una vez por semana, ambos corredores se preparan con el objetivo de completar esta edición de la MAMOCU. Sin embargo, José Miguel nos cuenta que no es la primera vez que participará en una de las carreras conquenses, habiéndolo intentado en la Media Maratón o la Carrera del Pavo.

“A final las carreras son una manera de obligarme, es algo que creo que debo hacer, que puedo hacer y que quiero hacerlo. Además, siempre ocurren anécdotas graciosas y me parecen lugares de lo más maravillosos, porque te encuentras con gente y te saluda, algo que no ocurre, por ejemplo, cuando caminamos por la calle, es esa satisfacción de compartir esfuerzo”, señala nuestro protagonista con una sonrisa, mientras incide en que uno de sus objetivos a la hora de colocarse en una línea de salida es “demostrar que el deporte no es patrimonio de la gente sana, sino de la gente que se esfuerza”, por eso acumula multitud de relatos en las distintas participaciones en pruebas de carrera.

"A veces, me gustaría correr con una camiseta que dijera ‘si yo puedo hacer esto, ¿qué no podréis hacer vosotros?’ ”

Como toda historia de superación, José Miguel recuerda que los comienzos nunca son fáciles. “A la gente le resultaba chocante el hecho de verme correr, porque no sabía qué llevar en las manos”.

Así, para mantener el impulso de los brazos, comenzó a correr con pelotas de goma, hasta que poco a poco fue probando cosas nuevas hasta su actual herramienta, unos bastones de montañismo, “me agarro bien y no tiemblo, así puedo bracear y aprovechar todo el impulso”, nos cuenta mientras Sergio le recuerda su habitual broma cuando lo trata en consulta. “Siempre me dice de cachondeo que, si no perdiera tanta energía temblando, qué sería capaz de hacer”.

Y es que en más de una ocasión, este conquense ha servido de inspiración para otros tantos compañeros de carreras. Su inconmensurable esfuerzo hace que cada vez sea más rápido, ya que tal y como nos cuenta, en esta última Carrera del Pavo ha logrado su mejor tiempo desde que participa en la prueba de fin de año.

“Hay gente que no se lo cree por el hecho de que me cuesta andar y llego incluso hasta dudar de mí mismo, pero no. Soy yo el que corre, no hay trampa, es entrega y disfrute, a veces me gustaría correr con una camiseta que dijera ‘Si yo puedo hacer esto ¿qué no podréis hacer vosotros?’”, declara entre risas José Miguel.

Cuando le preguntamos si se siente un referente a la hora de demostrar esta superación contra algo tan difícil como el Parkinson, lo afronta con total tranquilidad: “No pienso en si con lo que hago derribo tabús, yo lo que hago es disfrutar, pienso únicamente en que cada vez que hago deporte me encanta, no necesito ni público ni aprobación, para mí, correr es un regalo, es una maravilla”.

Así, a las puertas de una nueva carrera de montaña, estos dos corredores se preparan para cumplir un reto que nace de la superación y el hecho de quitarse etiquetas. Una prueba en la que llevarán unas camisetas regaladas por Evangelio con un mensaje claro: “No sé dónde está el límite, pero sí sé dónde no está”.