"El papel de guionista es cada vez más reconocido bajo la figura del 'show-runner'"

Ángel Marzal (Campillo de Altobuey 1992) acaba de recibir el primer premio de guion corto Carné Joven en el Festival del Cine y la Palabra. Una novedosa iniciativa por la que se pretende potenciar el talento joven, que este periodista y guionista conquense ha conquistado con ‘Extintos’, una obra que tiene como trasfondo la despoblación.

Alzarse como ganador del festival CIBRA da nuevos ánimos al objetivo de hacerse un hueco en el sector. Es verdad que se trata “de algo puntual” pero no deja de ser un aliciente más para seguir luchado y “tratar de vivir como guionista”, aunque reconoce que no es fácil. “Muchas veces son golpes de suerte, otras trabajas mucho y no se te ve reconocido, la verdad es muy azaroso”, señala.

Con todo, Ángel Marzal ve en el cambio de las rutinas de trabajo en el mundo audiovisual una nueva oportunidad de poner en valor el papel del guionista. Confiesa que “Hace 10-15 años hubiera dicho que es el profesional “más infravalorado del mundo” pero ahora “estamos viendo que está siendo cada vez más reconocido bajo la figura del ‘show-runner’”, es decir, un trabajador que ejerce como productor ejecutivo y guionista principal. “Es algo que se está dando en EEUU y en España también, con ejemplos como Javier Olivares y el Ministerio del Tiempo, es el reflejo de que cada vez se le da más cancha al guionista. Antes el director era el dueño de todo y ahora es quien escribe el que tiene el poder o la última palabra. Y eso es algo que para mí supone una muy buena noticia”.

Ganas desde luego no le faltan, y aunque señala que lleva “poco tiempo en esto” cuenta con un nutrido recorrido en obras de microteatro en las que critica o satiriza los llamados ‘problemas del primer mundo’. “Es mi manía de periodista y el interés por la política y por los problemas sociales lo que me llevan a escribir”, dice.

Así, señala que partiendo de una idea, de una situación injusta o “una realidad ridícula”, plantea el escenario y los personajes que le ayudan a denunciar esa situación, a criticarla o incluso a apoyarla “en función de lo que quiera mostrar”, añade Marzal, que cuenta con orgullo que obras de su autoría como ‘Muere tú primero’, ‘Restaurante vegano: No es verde todo lo que reluce’ o ‘Consumistas calientes en tu zona’, entre otras, han sido representadas en Madrid, Sevilla o Lima (Perú).

“Es algo que me hizo mucha ilusión, pero ahora quiero dar el salto a textos más largos o producir algo audiovisual, un corto, una webserie y este tipo de cosas que supone para ti mismo dar pasos hacia adelante”.

Ahora los esfuerzos de Ángel se centran en llevar a la pantalla ‘Extintos’, la obra con la que se ha alzado ganador del I Concurso de Guion corto Carné Joven de Castilla-La Mancha. Un trabajo que cuenta la historia de una pareja con gran diferencia de edad que quieren tener un hijo, a partir de ahí Marzal utiliza la trama para hablar de despoblación, uno de los principales retos a los que se enfrenta la región, especialmente la provincia de Cuenca. Precisamente la cercanía de Marzal con esta situación le ha hecho más fácil escribir el guion ganador.

“Cuando escribo lo hago desde una vivencia personal, siempre es difícil escribir una buena historia, pero me he sentido muy cómodo al hablar de cosas que conocía. Algunas las he experimentado, otras me las han contado amigos, pero partir de una base material más cercana te permite contar historias con más naturalidad y realidad, y eso ayuda a transmitir”.

El tema, que se muestra sobre la mesa en cualquier debate político de la región, llama a encaminarse hacia una dirección que este conquense tiene muy clara: “Hay que apostar por la comarca de verdad. En Cuenca tenemos que cambiar la mentalidad y apostar por proyectos de futuro que de verdad sean de futuro, no las migajas que no quiere nadie, como el ATC o las macrogranjas. Parece que nos tenemos que agarrar a un clavo ardiendo porque no tenemos otra opción y nada más lejos de la realidad, se puede apostar por el desarrollo de la comarca, por fijar población y dar empleo de calidad por vías de negocio respetuosas con el medio ambiente, es algo valiente y que cuesta, pero posible”.

Mientras tanto, el campillano Ángel Marzal continúa escribiendo historias con trasfondos particulares y críticos que nos ayuden a recordar la necesidad de afrontar problemas que pueden acabar con la manera de vivir tal y como la conocemos, o la necesidad de mirarnos al ombligo de vez en cuando para recapacitar en qué nos hemos convertido.