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"La pintura es lo que me permite investigar, es donde me explayo más"

El autor, que vive a caballo entre Cuenca y Valencia, construye y deconstruye en sus obras para unir la figuración con la abstracción
"La pintura es lo que me permite investigar, es donde me explayo más"
Foto: Saúl García
14/04/2019 - Dolo Cambronero

Mantiene un buen diálogo con cada obra. Ángel Izarra (Abezia, Álava, 1958) confiesa que se deja guiar por lo que sus cuadros tienen que decirle y expresarle, pero sin permitir que le dominen del todo. Fruto de esa conversación con la pintura es la recién inaugurada exposición que permanecerá hasta el 22 de abril en el Centro Cultural Aguirre de Cuenca y en la que la abstracción y el arte figurativo se entremezclan.

Izarra está vinculado emocionalmente a la ciudad, en la que ejerció como profesor de Dibujo durante 17 años en el IES Fernando Zóbel. “Mi intención era ir después a Madrid pero llegué a Cuenca y me enamoró. Y me quedé”, recuerda. “Es una época mágica de mi vida”, asegura.

Aunque se marchó de Cuenca hace más de una década, vive a caballo entre Valencia y la ciudad, donde ya ha expuesto antes en numerosas ocasiones. Esta nueva muestra, bajo la coordinación de Carlos Codes, se enmarca en la programación ‘Días de Arte Conquense’ y en el proyecto ‘Excelencias’, organizado por la Concejalía de Cultura y Turismo, en colaboración con la Diputación Provincial.

“Trabajo con dos conceptos que pueden parecer antagónicos: la abstracción y la figuración”, explica el autor, licenciado en Bellas Artes. “La obra te habla. La pintura es lo que me permite investigar. Es donde me explayo más. En el dibujo soy más conservador”, aclara.

Izarra dice que hay que dejar que las obras reposen para ver qué emociones suscitan. Así, detalla que cuando Carlos Codes le planteó preparar esta exposición, él le pidió un poco de tiempo para observar qué le decían sus obras más recientes. “Tienen que ser válidas para ti pero también para el espectador”, puntualiza.

Reconoce que la ciudad le ha influido en su obra, sobre todo al principio. “Tuve una época muy realista. Yo venía del País Vasco y la luz de Cuenca me influyó”, concreta.
Y varios rincones y paisajes de Cuenca también están presentes en esta muestra pictórica, que incluye unos 40 cuadros, entre óleos y obras con lápices de grafito y plumillas, estas dos últimas más realistas.

El autor detalla que no suele trabajar con series de obras sino que lo hace de forma más “espontánea”, cuando algo le suscita una emoción. Sin embargo, explica que en sus cuadros sí se encuentran “escenarios repetidos”. Ciudades abandonadas, arquitecturas a medio hacer y paisajes yermos son algunas de sus constantes. La figura humana no suele aparecer, lo que recrea la soledad de las sociedades modernas.

Sus referencias artísticas son los movimientos expresionistas y autores como Anselm Kiefer: “Aunque no lo parezca”. No trabaja con pinceles sino que se sirve de rodillos y espátulas para crear. La estructura de sus obras es figurativa pero la mancha predomina: “Construyo y luego deconstruyo, desdibujo”.