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"No quiero que llegue un día y que me diga: no me atreví"

Esta soprano y cantautora conquense se subirá al escenario de Estival 2019 para telonear a Marlango
"No quiero que llegue un día y que me diga: no me atreví"
05/05/2019 - Gorka Díez

Con diez años, tras escuchar en directo el Concierto de Aranjuez, Pilar Cuadrado (Segura de la Sierra -Jaén-, 1996) se animó a coger por primera vez la guitarra y a matricularse en el Conservatorio de Música Pedro Aranaz para cursar estudios musicales.

De eso hace ya doce años y desde entonces no ha parado de aprender: ya está en el último curso de Musicología y terminando canto lírico en el Conservatorio Profesional de Madrid. Entre medias, actuaciones con bandas como Cagey Beast y un proyecto personal, Filmy Sunset, con el que interpreta versiones y canciones propias acompañada de la guitarra o el piano y con el que el 4 de julio se subirá al escenario del Parador de Turismo dentro de la programación de Estival 2019 como telonera de Marlango.

“Nunca creí en mí pero he decidido ver qué pasa si creo en mí”, señala esta jienense conquense de 22 años con “ganas”, pero también con “vértigo”, ante esta oportunidad de actuar “en un festival tan bonito y en una ciudad tan bonita como es Cuenca” precediendo además a “una mujer tan poderosa como líder de una banda con canciones maravillosas”.

En su repertorio, cuenta, caben versiones de clásicos como Leonard Cohen y Johnny Cash, grupos ‘indies’ como Russian Red y Maga, el cantautor uruguayo Jorge Drexler o Amaral, “que es referente de todo el mundo”. Aunque tiene a Road Ramos y Silvia Pérez Cruz como sus cantantes favoritas, prueba de que la música, para ella, no tiene límites. “Igual canto flamenco que una canción de Lana del Rey: lo que me gusta son las canciones sencillas, que transmiten, que salen del alma”.

A la hora de componer temas propios, en castellano o inglés, intenta mezclar poesía con música, y “a veces sale, a veces no, pero eso son mis canciones”. En ellas habla del amor, “que lo es todo”, de los gatos, de la lluvia, del atardecer.

Mientras que como soprano tiene una formación reglada que espera poder continuar el próximo curso en la Escuela Superior de Canto de Madrid (“ojalá hubiera estudios de música superior en Cuenca para no tener que estar en otro sitio, porque Madrid es una ciudad muy impersonal, a la que me costó mucho hacerme, y soy una enamorada de Cuenca”), como cantautora se ha curtido sola. “La técnica es completamente distinta, nadie me la ha enseñado pero he aprendido un poco de todo el mundo”.

Los estudios no le dejan demasiado tiempo para ensayar y componer, pero el poco que tiene lo aprovecha. Porque la música, recalca Pilar, “es lo que me da vida, algo enfermizo que, una vez que empiezas, no puedes parar”. Su sueño, así, es poder dedicarse a ella por entero. Y por lo menos lo va a intentar. “No quiero que llegue un día y que me diga: no me atreví”.