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“Que nada ni nadie nos impida soñar”

‘Un suspiro llamado soledad’ es el segundo libro de José Alberto Estival Martínez, un Guardia Civil natural de Villar de Olalla que donará lo recaudado a asociaciones benéficas
10/02/2019 - M.Gómez

José Alberto Estival Martínez es natural de Villar de Olalla, pero ejerce su labor de Guardia Civil en Priego. Este conquense es un ejemplo de superación y dedicación al prójimo no solo en su tarea como agente del orden, sino por su faceta de escritor solidario. Tras su primera obra ‘Melancolía’, Estival se lanza con una novela de auto superación llamada ‘Un suspiro llamada soledad’. El libro, que ya está disponible en librerías y formato digital, nace con el objetivo de recaudar fondos para asociaciones benéficas y literarias. “No busco protagonismo, para mí, los héroes son esos pequeños que luchan por seguir adelante”, declara José Alberto quien reconoce que cualquier mínimo gesto de solidaridad “te lo devuelve con un cariño impagable”.

¿De dónde nace esta iniciativa solidaria?

Este es el segundo libro solidario, el primero fue ‘Melancolía’, que estuvo destinado íntegramente a la asociación Mi Princesa Claudia, la cual se dedica a ayudar a niños y niñas con enfermedades raras, y que tras conocer su labor, no dudé en ayudarlos. En esta segunda obra, la mitad de lo recaudado irá a esta asociación y la otra mitad, a la Biblioteca solidaria que depende de la Biblioteca de Cuenca, quise tener este guiño también con mi tierra.

¿Cuánto se logró recaudar con ese primer libro?

Eran ejemplares limitados editados por la Diputación de Cuenca, sólo estaba en formato físico y se consiguieron algo más de 1.000 euros. El libro se agotó en apenas dos semanas. Ahora tenemos la ventaja que con este nuevo libro que viene de la mano de la editorial ‘Punto Rojo’ estará disponible en formato digital y físico, a parte han facilitado mucho la labor de publicar este libro para que esta labor solidaria sea mayor.

¿Qué descubriremos en ‘Un suspiro llamado soledad’?

Es una mujer que regresa a sus raíces, a su pueblo y se mete en un profundo sueño que le hace recuperar unos aromas, sensaciones, recuerdos, sonidos… y es capaz de revivir esta época. Creo que se ha creado un libro donde el lector se puede ver reflejado en él, como si se adentrara en un sueño y reviviera esos momentos y sensaciones de nuestra infancia en el pueblo. Es un libro de auto superación que está hecho para recuperar los mejores momentos de nuestro pasado y que nos ayude a afrontar mejor el día a día, de ahí su lema principal como “que nada ni nadie nos impida soñar”.

¿Qué cambia de tu primera obra ‘Melancolía’ a este segundo título?

El primero era más un conjunto de pequeños relatos, algunos en primera persona, otros en tercera, y se basaban en pequeñas vivencias e historias que de manera más o menos cercana han tenido contacto conmigo: situaciones injustas como el luchar contra una enfermedad, una situación de guerra… Cuando se agotaron los ejemplares, seguía habiendo mucha demanda, por lo que finalmente accedí a publicar el libro gratuitamente para que la gente pudiera disfrutarlo. Este segundo libro es un novela lineal con su introducción, nudo y desenlace.

¿En qué te basaste para escribirla?

Sobre todo, en la añoranza al pueblo. Al igual que muchos conquenses, yo tuve que salir de mi pueblo siendo muy joven. He querido reflejarlo porque sé que hay muchas personas que guardan con cariño esos lugares de los que, por una u otra cuestión, tuvieron que marcharse. Por otra parte, intento plasmar la parte solidaria y benemérita de mi trabajo en estas palabras. En un trabajo como el mío, y más en una zona como Cuenca, tienes contacto muy cercano con la gente, conoces sus problemas, sus historias, y este libro es una forma de hacer un guiño a esas personas.

¿Te has ayudado de esas historias que conoces de tu trabajo para este relato?

No es biográfico, pero si he hecho algún guiño a alguna experiencia vivida.

¿Qué tal las primeras valoraciones?

Por el momento las críticas son buenas. Me quedo con todas, pero sí me llamó la atención una persona que estaba en el hospital y que tras leerse el libro, se puso en contacto conmigo para felicitarme por esa ayuda indirecta y ayudarle a sobrellevar esos momentos tan complicados.

"Es difícil sacar tiempo, pero soy de la mentalidad de que quien quiere, puede”

¿Cómo compaginas tu labor como guardia civil con esa faceta de escritor?

Hay situaciones en las que los problemas con los que tienes contacto muchas veces te acompañan a casa, esto me ayuda a desarrollar mi trabajo. Para ayudarme en esa labor uno se apoya en su familia, amigos, y en mi caso, también en la escritura. Es increíble el cariño que uno recibe por acciones como esta, se agradece mucho.

¿Pero le quedan horas libres al final del día?

Es difícil sacar tiempo, pero yo soy de la mentalidad de que quien quiere puede. La labor merece la pena. Jamás pensé en publicar nada y fue gracias a un vecino que, tras colgar algún relato que le emocionaba a la gente, me ayudó a dar el paso.

Hace un año recibiste la mención de honor Duque de Ahumada, este tipo de reconocimientos le empujan a uno a seguir escribiendo, ¿no es así?

Si te dijera que no, mentiría. Todo suma. Es un reconocimiento de ámbito nacional, el cual no esperaba para nada. En mis presentaciones alguna vez he agradecido esta mención, porque también es un logro compartido con esas personas que me han inspirado y apoyado.

Dos libros en apenas dos años, ¿te ves continuando esta labor literaria-solidaria?

Tengo más frentes abiertos, siempre sin ánimo de lucro y con el objetivo benéfico. Hay ‘en el horno’ un libro más extenso sobre experiencias de personas ante distintas situaciones y dificultades que nos pone la vida y que le pueden tocar a cualquiera. Creo que será un libro muy bonito, pero quiero cuidar mucho los detalles y dejarlo todo cerrado, no puedo dar fechas.