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"Hemos pasado de ser 120 socios del Atlético de Madrid a rozar los 300"

Valero es un conquense que el pasado 15 de agosto vivió con fervor y en directo la victoria de su equipo en la Supercopa de Europa ante el histórico rival blanco
"Hemos pasado de ser 120 socios del Atlético de Madrid a rozar los 300"
31/08/2018 - Las Noticias

Decía el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano que “el fútbol es la única religión que no tiene ateos”, y como tal, este sentimiento constituye para sus fieles una importancia que les hace peregrinar hasta los templos más recónditos de esta particular doctrina.

Nuestro protagonista da buena fe de ello. Víctor Valero es un conquense que ha revalorizado la manera que los seguidores del Atlético de Madrid en Cuenca sienten la afición hacia su equipo. Aficionado al balompié y gran seguidor rojiblanco, el pasado 15 de agosto vivió con fervor y en directo la victoria de su equipo en la Supercopa de Europa ante el histórico rival blanco. No sin antes realizar un particular camino de varias paradas que tenían como línea de meta Tallin, la capital de Estonia donde se celebraba el evento deportivo.

“Había vuelos directos pero tenían unos costes elevadísimos por la particularidad de la final, así que fui haciendo escalas con varios días de antelación hasta llegar a Tallin”, explica.

Este conquense enlazó Cuenca con Madrid, de ahí voló a Mallorca y desde el escenario balear lo hizo hasta Kaunas, en Lituania, a unos 600 kilómetros desde donde se celebraba el partido. Desde ahí combinaba turismo y viajes hasta la nueva parada. Estaba todo el día haciendo turismo y luego cogía autobuses nocturnos hasta Vilna, luego a Riga y finalmente a Tallin. "Era una opción menos directa, pero más barata”, nos comenta.

Un recorrido lleno de transbordos que también eligió para su vuelta a Cuenca: “De Tallin fui hasta San Petersburgo (Rusia) y volé hasta Barcelona, y de ahí hasta Cuenca”. En total, 9090 kilómetros y cuatro países para realizar un viaje inolvidable.

Nuestro protagonista fue retransmitiendo su travesía por las redes sociales. Algo que llamó la atención de varios medios nacionales que entrevistaron a este conquense en peregrinación futbolera para hacerse eco de su historia. Ya en la parte final de su camino, la casualidad le hizo encontrarse con otros peñistas atléticos de Cuenca.

“Normalmente vamos los peñistas juntos pero al ser un partido europeo, las entradas se sacaban por socio individual. Dio la casualidad que al llegar a Riga encontré a varios compañeros y desde ahí nos juntamos con algunos más en Tallin, en total estuvimos unos once peñistas de Cuenca viendo la final y celebrando el triunfo”. Una sensación muy difícil de describir para una afición tan sufridora como la rojiblanca pero que tuvo un componente más especial si cabe al hacerlo rodeado de conocidos y paisanos.

“Después del partido, lo celebramos hasta las cuatro de la mañana, tampoco podía estar mucho más, ya que al día siguiente tenía que partir hacia San Petersburgo”. Desde que Víctor junto a varios de sus amigos se pusieron a los mandos de la peña atlética conquense, esta hermandad de ‘sufridores rojiblancos’ no ha hecho nada más que crecer.

“Hemos pasado de los 120 socios hasta rozar los 300 en poco tiempo, el Atlético nos tiene reservada una plaza de autobús en el estadio y para esta temporada esperamos ir a todos los partidos que jueguen en casa, y a los máximos posibles entre Copa del Rey y competición europea. Cada vez somos más y pese a que es laborioso compaginar todo la gente es muy agradecida”, señala.

Porque, como en toda religión, la mayor gratitud está en hacer el bien para el prójimo y en esta peña rojiblanca de Cuenca, cada vez lo hacen mejor, aunque también ayuda los buenos tiempos que corren para el sentimiento colchonero.