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“La fiesta y la música deben ir unidas”

El director de la Banda de Música de Cuenca pregona las fiestas de San Mateo este martes
“La fiesta y la música deben ir unidas”
Foto: Saúl García
17/09/2018 - Gorka Díez

La música siempre ha tenido un papel protagonista en las fiestas de San Mateo y de ello hablará, en su discurso, el pregonero de este año, Juan Carlos Aguilar (Cuenca, 1969), director, desde 2004, de la Banda Municipal de Música, de la que forma parte desde primeros de los ochenta y con la que desde entonces ha estado presente en todas las ediciones de las fiestas más populares de Cuenca interpretando pasodobles.

¿Qué supone ser pregonero?

Me llamó el concejal de Festejos para proponérmelo y me quedé un poco sorprendido, porque lo mío no es escribir, y le pedí que me diera un tiempo para pensarlo. Lo consulté con la familia pero al día siguiente le llamé para aceptarlo, porque para mí, siendo conquense, supone un honor y una alegría muy grande coronar las fiestas más populares de la ciudad. Aunque implica una responsabilidad.

¿Y qué tal ha ido la escritura del pregón?

Desde el primer día que me lo propusieron fueron surgiendo muchas ideas y las fui anotando. Tenía claro además cómo enfocarlo: desde la importancia que la música tiene en las fiestas. Así que me puse en serio a ordenar las ideas y ya tenía el pregón.

San Mateo no sería posible sin música…

Claro, por eso en el pregón digo que la fiesta y la música deben ir unidas. También, como director de la Banda de Música, me centro en el papel que la banda ha tenido en todos estos años en las fiestas.

La banda interpreta varios pasodobles antes del inicio de la suelta de las vaquillas…

Sí, bajo los arcos del Ayuntamiento se toca una selección de pasodobles, casi todos de compositores conquenses y dedicados a gente relacionada con la fiesta. Además, actuamos en el acto del traslado y devolución del Pendón, el día 20 y el día 21.

Los temas, entre los que hay alguno tuyo, son lógicamente muy animados…

Es que el pasodoble es un género muy ligado a la fiesta de los toros…

¿Cuesta componer un buen pasodoble?

Esto es como en todos los oficios. Uno estudia para ser compositor y lo único que espera, cuando se pone a componer, es que le llegue la inspiración.

¿Y llega esa inspiración?

Menos de lo que yo quisiera, pero compongo alguna cosa. Como soy conquense, me he criado aquí y me gustan las fiestas y tradiciones de Cuenca, especialmente San Mateo y Semana Santa, además de varios pasodobles para San Mateo tengo compuestas varias marchas de Semana Santa. Y también otro tipo de música para coro, algún encargo para audiovisuales…

Además de la parte musical, ¿qué destacas de San Mateo? ¿Cómo lo vives?

Las paso en familia y con los amigos. Son tardes de diversión, de merienda, de charla, de escuchar música, de bailar. Mis primeros recuerdos son de 1980, entonces como componente de la Banda de Música, y a lo largo de todos estos años he visto sobre todo el crecimiento que ha tenido en participación de la gente: cuando empecé apenas subía la gente ni había tantas peñas ni tanto ambiente.

¿No eres de alguna peña?

No. Mi cuñada tiene la casa en la Plaza Mayor y de ahí que pasemos las fiestas en familia. Sí que nos juntamos un grupo de amigos que podríamos ser peña pero oficialmente no tenemos ningún nombre.

¿Y de correr la vaquilla?

Nunca he sido corredor: siempre me ha faltado valor. Cuando de pequeñito me subía mi padre, tras escuchar los pasodobles me colocaba detrás de una barrera y pasaba las tardes sentado viendo correr las vacas. Aunque eso no quiere decir que no haya tenido la vaca cerca alguna vez. Hace unos años estábamos tocando con la banda y, por descuido, la soltaron y tuvimos que salir en desbandada.

¿Algo que haya que cambiar de las fiestas o están bien como están?

A mí me gustan, sobre todo la participación de la gente, pero sí que hay aspectos que hay que cambiar, como el comportamiento de alguna gente que, por lo que sea, abusa del alcohol. Y la suciedad que se genera. Por lo demás, lo que es la vaca ha cambiado poco.

Y la Banda de Música, ¿cómo está?

Bien, ahora mismo somos 71 componentes y hay mucha gente joven: prácticamente nos nutrimos de estudiantes del Conservatorio de Cuenca. Aunque también estamos algunos de mi quinta, con en torno a 50 años. Nosotros aportamos la experiencia y ellos las ganas y los estudios.