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El utillero Zabala

El utillero Zabala
22/06/2017 - J.L.PINOS

Ha sido el único jefe de material desde que existe el Balonmano Ciudad Encantada

Pablo Zabala Serrano (Cuenca, 15-09-45) es el encargado de material del Liberbank Ciudad Encantada. Pero no lo es hoy solo, lo es desde antes de que se fundara el actual club en la temporada 1997/98 dejando atrás el nombre de BM. Conquense. Para entonces, Pablo Zabala ya estaba trabajando en el club.Pablo es una de esas personas identificadas con el deporte y altruistas en su labor. Socio de la U.B. Conquense durante muchos años, quedó decepcionado en la temporada 1987/88, cuando descendió de Segunda B al tener que jugar con juveniles por la renuncia de la plantilla que dirigía Jaráiz por impagos. 

Cuando en 1989 llegó el balonmano de elite a nuestra ciudad se acercó al Sargal porque “hacía menos frío que en La Fuensanta y a mi mujer le venía mejor”. Pronto formó parte de la histórica Peña “El Biberón” y cuando el club les pidió ayuda, incluso como directivos, nuestro protagonista dio un paso al frente. 

“Era un espectador como cualquier otro componente de la peña y el presidente Javier Garrote nos pidió ayuda y me vi con ánimo de hacerlo porque no había directivos. Empecé utilizando la mopa en los partidos y después entré como directivo”.

Es entonces cuando Pablo inicia su labor como jefe de material, puesto en el que hoy sigue. “En el tiempo que llevo, no tengo quejas de nadie. Para mí es una manera de entretenerme, me llevo bien con los jugadores y con los directivos, más con el presidente Isidoro Gómez y el entrenador Lidio Jiménez. Mientras que sigan, me sienta con fuerzas y ellos quieran, aquí estaré”.

En un club modesto de la liga Asobal, como es el Liberbank Ciudad Encantada, coordinar el material que se usa no es una tarea fácil porque no sobra ni los artículos del botiquín, esparadrapo, vendas o el famoso pega para las manos, o artículos como los balones o el agua que los jugadores beben. “Hay que calcular muy bien para poder llegar hasta el final y a veces tenemos que escatimar”, nos dice Pablo que sufre cada vez que tiene que contar los balones al término de los entrenamientos y los partidos. Tiene un récord: no ha perdido uno en tantos años. Eso sí, algún jugador se ha llevado alguno como recuerdo al término de la temporada.

Ahora la ropa la lavan los propios jugadores.  ”Durante dos años, mi mujer lavó toda la ropa, la dejaba limpia y la cosía donde hacía falta. Terminada la liga no hubo que comprar porque estaba perfecta. Ahora, alguna vez nos llega una camiseta desteñida”.
Preparar el material para el entrenamiento diario lleva su tiempo. Hora y media antes del inicio, Pablo ya está en El Sargal. 

“Cuando los jugadores llegan ya tienen todo preparado como vendas, agua o balones”. Y como un componente más de la plantilla, se desplaza con el equipo. Eso sí, tanto en casa como fuera, los partidos los ve desde la grada. “Se sufre mucho. En Cuenca veo los partidos desde el túnel de vestuarios y hay veces que me meto en el vestuario y me pongo a rezar a todos los santos para que nos echen una mano”.

Entre sus recuerdos, la Peña ‘El Biberón’. “Podemos decir lo que queramos, pero era mucha peña. Iba a todos los desplazamientos y formó parte de la fundación del club en Cuenca. Algunos de ellos se ponen al lado de la Peña ‘Furia Conquense’ y disfrutan mucho”.

Afirma que con el entrenador que más a gusto a estado es con Lidio Jiménez porque “son muchos años a su lado, desde que era segundo entrenador, y hay amistad.  Eso sí, con todos los entrenadores me he llevado bien”.
Pablo Zabala no olvida su última reflexión. “Quiero resaltar la labor de Juan Olivares, ahora delegado del equipo. Mi relación con él es especial. Al fin y al cabo es el único que ha compartido conmigo todos estos años”.