"El Conquense me está dando la oportunidad para demostrar lo que valgo"

Jae Dambelley Sidibeh (Calella, 1993), más conocido como ‘Agi’, se ha vuelto una de las revelaciones dentro del plantel de un Conquense que ha empezado de manera optimista su regreso a la Segunda División B, sumando 7 de 9 puntos posibles. El jugador español de nacimiento pero de origen gambiano ha sorprendido a propios y extraños con sus apariciones. Llegó a Cuenca cuando le propusieron probar en el Conquense “Me dijeron que podía probar en un equipo de Segunda B y esa misma noche hice la maleta y salí para Cuenca desde Barcelona, no me lo pensé”, declaraba en su presentación como jugador. Dambelley se ha ganado a pulso una ficha en el equipo de Luis Ayllón con grandes detalles en pretemporada, y un puesto en el once inicial por la explotación de sus oportunidades por muy cortas que fueran. En Ejea de los Caballeros desestabilizó el partido con su entrada en el tramo final del choque. En el estreno en La Fuensanta salió vitoreado del campo tras marcar dos golazos al Sabadell tras ganarse la titularidad, y en la última jornada en Peralada, provocó el penalti que transformó su compañero Jairo Cárcaba. Músculo, velocidad y potencia por la banda que le está sirviendo a la Balompédica para mostrar competitividad y ferocidad, sea cual sea el rival.

Lo primero, ¿Cómo se encuentra tras el partido en Peralada?

Bien, la verdad es que al final te molesta el resultado, porque te adelantas en el marcador 0-1 y te empatan rápido, pero el punto fuera de casa es valioso y seguimos invictos, es lo importante.

En lo personal, ¿esperaba este inicio de temporada?

No, la verdad es que no. Yo siendo un jugador nuevo, sin experiencia ninguna en la categoría, esperaba tener minutos e ir sumando experiencia. Pero de momento, el míster está contando conmigo en el once y pienso aprovechar cada oportunidad que me ofrezca el míster porque tengo mucha ambición y muchas ganas.

A raíz de las actuaciones y la repercusión que ha tenido en este inicio, ¿qué le ha sorprendido más?

Pues la felicidad de la gente, los mensajes de ánimo, los compañeros… en definitiva, todo. Te pone contento que tu trabajo dé sus frutos y haya un reconocimiento cuando las cosas van bien, pero tampoco hay que acostumbrarse mucho porque los elogios debilitan.

Dadas las actuaciones en estas primeras jornadas, ¿se siente como una pieza importante en este Conquense?

No creo. Nuestro club, la gran característica que tiene es el equipo. No existen individualidades que estén por encima del grupo. Vamos todos a una, no tenemos tanto presupuesto ni jugadores de tanto reconocimiento como pueden tener otros equipos, pero claro nuestra ambición y nuestra hambre de competitividad cubren bien esos defectos.

Y el vestuario ¿cómo le han apoyado sus compañeros?

Ellos más o menos ya me veían desde pretemporada, sabían de las condiciones que tengo. A algunos les ha sorprendido un poco más, a otros un poco menos porque no había debutado nunca en la categoría. En definitiva, me han dado mucho ánimo y, sobre todo, me han dicho que siga así, que puedo tener mucha mejoría en esta categoría.

Pese a no tener la oportunidad en Barcelona de probar en Segunda B, en Cuenca aprovecha cada segundo…

En Barcelona no hubo manera y el Conquense me está dando la oportunidad para demostrar lo que valgo. Yo siempre lo he dicho, si no te dan la oportunidad no pueden saber si vales o no, no podrán ver si tienes el nivel o si eres un buen jugador para la categoría. Aquí me la están dando y yo la estoy aprovechando al máximo, y seguiré aprovechándola hasta el último segundo.

¿Siempre tiene esa mentalidad de sacarle el rendimiento a la mínima ocasión?

Siempre. Cada vez que entrenamos lo notas. Esto es Segunda B, es otro nivel. Es más profesional, se ve en la intensidad, en el nivel de los compañeros y en la exigencia del entrenador. Piensa que si haces buen año en este grupo III es un gran escaparate para los jugadores, ya que para mí es el grupo más difícil de todos. Haciendo una buena temporada aquí quién sabe lo que te puede venir.

En cuanto a Luis Ayllón, ¿cómo es su relación con él?

Me está transmitiendo mucha confianza de momento, El primer partido en Ejea me dio 30 minutos, el otro día la titularidad y respondí en el campo, me volvió a dar la titularidad contra el Peralada… Me aconseja mucho, me dice bastante que tengo potencial, pero que hay mucho que trabajar y yo creo en él, creo que puedo crecer como jugador bajo sus órdenes.

El ambiente ahora mismo es inigualable ¿no?

Sí, no hemos perdido ningún partido. Nos ponen de equipo revelación, mucha gente habla del Conquense, está sorprendiendo a equipos, jugadores, aficionados. Se habla mucho del equipo y eso es muy bueno.

Y en cuanto a Cuenca, ¿qué le parece la ciudad y el entorno?

Comparado con Barcelona es distinto. Una ciudad más pequeña, menos cosas, pero es más tranquila, está más centrada en el fútbol que en Barcelona porque allí claro, hay de todo. Pero, en definitiva me transmite mucha tranquilidad.

¿Y la afición? Se prevé que para próximos partidos siga creciendo la afluencia en las gradas…

Yo aluciné, fue increíble. Muchísima gente, animándonos desde el primer minuto y nos llevaron en volandas hasta la victoria contra el Sabadell, increíble. Encima corearon mi nombre cuando me cambiaron y me sorprendí muchísimo.

En el cambio y cuando usted marcó los dos goles, sobre todo el segundo...

Fue un momento muy especial. Primera ocasión que tienes en Segunda B y primer gol que consigues, increíble recibir eso de los aficionados. Me salió muy buen partido gracias a ellos también.

¿Y qué tenemos que esperar del Conquense para esta temporada?

Tenemos muy claro en el vestuario que la permanencia es lo primordial. Aunque la gente esté ahora mismo muy eufórica y algunos digan que ‘ojo con el Conquense’, nosotros lo tenemos claro. Hay que salvarse lo antes posible y luego si se puede soñar, soñaremos, pero primero el objetivo principal. El Conquense es uno de los equipos con los presupuestos más bajos de la categoría y somos conscientes de ello, por muchos cánticos de sirenas que venga desde fuera.