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“La Cámara de Comercio tiene tensiones de tesorería graves”

Félix Aceñero se compromete a liderar otros cuatro años una institución con problemas de presupuesto desde hace casi una década
“La Cámara de Comercio tiene tensiones de tesorería graves”
Fotos: Saúl García
22/04/2019 - Gorka Díez

Ocho años han tardado en convocarse elecciones en la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Cuenca tras la crítica situación económica en que la institución quedó en 2010 tras suprimirse, por decreto ley, el denominado “recurso cameral permanente” por el que las cámaras cobraban una cuota anual a las empresas con beneficios. La nueva ley de cámaras, de 2014, y su desarrollo en la ley de Castilla-La Mancha, de 2017, pretenden garantizar la sostenibilidad de unas instituciones cuyo futuro, no obstante, va a depender de su gestión de fondos europeos y de la ayuda que le brinden las administraciones. Una situación todavía complicada que su reelegido presidente, Félix Aceñero, confía no obstante en sacar adelante.

Desde que se suprimió el recurso cameral permanente en 2010 la Cámara ha pasado una situación muy crítica, que le ha tenido incluso al borde de su desaparición...

La Cámara no ha estado nunca en riesgo de desaparecer, pero sí es cierto que la supresión del recurso cameral permanente de todas las cámaras a través del Real Decreto 13/2010 de 13 de diciembre nos influye mucho en nuestro presupuesto, lo que ha llevado a que casi un 75 por ciento de la plantilla haya desaparecido.

Pasar de 26 al 7 trabajadores es mucho...

Es muchísimo. Pero era necesario porque había que acomodar la Cámara a la cantidad de trabajo que podíamos desarrollar. Actualmente trabajamos con fondos provenientes de la Unión Europea y de la Cámara de España y seguimos con los viveros de empresa, programas para dar trabajo a la gente joven de Cuenca, la Ventanilla Única Empresarial y ayudas a la internacionalización de las empresas conquenses.

Antiguamente eran frecuentas las misiones comerciales de promoción exterior, uno de los servicios que más ha caído...

El departamento de Comercio Exterior sigue existiendo y seguimos trabajando por la internacionalización de las empresas, emitiendo certificados de origen de todos aquellos productos que salen fuera de nuestras fronteras. Somos además los únicos que podemos hacerlo. Sí que es cierto que las misiones tanto directas como inversas han desaparecido prácticamente porque normalmente se organizaban con dinero que venía del cobro del recurso cameral permanente. No podemos olvidar que la ley nos obligaba a dedicar el 80 por ciento de aquellos fondos a la internacionalización y a formación. Ahí hay una cantidad importante que hace que organizar esas misiones sea más difícil. Pero, sin embargo, seguimos colaborando con el Instituto de Promoción Exterior (IPEX) para que puedan acudir a las ferias internacionales, o para que, como hace poco ocurría con la Food Summit, puedan venir a Cuenca empresas de fuera y las conquenses puedan tener contactos directos para que les sea más fácil poner los productos en el exterior.

Tras la ley de Cámaras nacional de 2014 y la autonómica de 2017 su mantenimiento pasa a depender de la gestión de fondos europeos y las ayudas institucionales…

Sí, tenemos firmados convenios con varias administraciones. Con la Diputación para los viveros de empresas, la internacionalización y para la ventanilla única. En el ayuntamiento también nos ayudan al mantenimiento de esta ventanilla única y con el Gobierno regional mantenemos contactos y convenios para la internacionalización a través de los fondos que vienen del IPEX o para ayudar a la incorporación al mercado de los jóvenes.

Pero, ¿hay un presupuesto más o menos fijo que garantice la continuidad de la Cámara o este puede variar?

La Cámara ha llegado a tener un presupuesto de 2,2 millones de euros y ahora rondamos los 600.000. La diferencia es tremenda. Garantizado y estable nunca hay nada, pero sí que normalmente, con las ayudas de las instituciones que he comentado, mantenemos una relación que incluso en ocasiones ha ido creciendo.

Las nuevas leyes no son perfectas, aunque mejora la situación de 2010...

El problema que viene con estas leyes es que en ningún caso aseguran la financiación de las cámaras de comercio. Ni la ley básica a nivel estatal ni la ley de Castilla-La Mancha hacen referencia a una financiación clara de las cámaras. Por eso pensamos que son las leyes que tenemos, pero que nos hubiera gustado que esto lo hubieran dejado resuelto.

Cada año tienen que pelear para conseguir el presupuesto suficiente...

Efectivamente. Hay que luchar y hay que ver dónde podemos estar y en qué podemos ayudar y de qué manera se pueden comprometer las instituciones a través de esos convenios de colaboración o incluso de encomiendas de gestión, pues las cámaras de comercio son corporaciones públicas y tienen la oportunidad de tener encomiendas de gestión por parte de las administraciones.

Fruto de esta situación económica, los dos locales de la Cámara, en Calderón de la Barca, están a la venta...

Están a la venta los dos, sí. La cantidad de trabajadores que tenemos ahora mismo hace que podríamos prescindir de al menos uno de los dos locales e incluso de los dos y poder mirar otra fórmula que no fuera la propiedad para poder continuar y ejercer nuestra actividad de manera normal, evitando esas tensiones de tesorería que tenemos y que, en algún momento, por qué no decirlo, son graves.

Pese a la situación, decidió volver a presentarse a presidir la Cámara...

Me decidí a postularme precisamente porque ahora mismo estamos en dificultades y creo que no hay que abandonar el barco en un momento así. Hay un equipo de gobierno renovado, con ilusión, que va a trabajar para la estabilización de la Cámara y para seguir prestando cuanto más servicios mejor a los empresarios y, por tanto, a los trabajadores y a la sociedad.

“La Cámara de Comercio tiene tensiones de tesorería graves”

La Cámara está cerca de cumplir 105 años y es un recurso importante para el desarrollo de la sociedad conquense…

Es importante y lo ha sido siempre. Nosotros hemos ayudado desde siempre a las empresas y son ya 105 años. Es una corporación de derecho público que las empresas tienen para utilizarla y para poder hacer cada día mejor sus negocios, para poder llevar a cabo la internacionalización y para la propia creación de empresas a través de los viveros, su consolidación. Y, también, para programas que tenemos de formación.

¿No hay duplicidad de funciones entre la Cámara y la CEOE-Cepyme?

Antes de que estuviera la CEOE ya estaba la Cámara de Comercio. La CEOE sale precisamente de la Cámara. Cuando la CEOE se funda en España, su primer presidente era vicepresidente de la Cámara. No olvidemos además que las cámaras están por todo el mundo: es una red mundial. La ley obliga a tener al menos una cámara por provincia y, siguiendo diferentes cánones para su formación, las hay en Inglaterra, Japón, Holanda... En todos los países del mundo salvo en un estado africano y en el Vaticano. Cada uno hace su labor, y si hay momentos en que se pueden solapar creo que la forma más inteligente de solventarlos es mediante la colaboración mutua.

¿Y hay colaboración?

Hay una relación buena entre el presidente de CEOE-Cepyme Cuenca y el presidente de la Cámara de Comercio.

La Cámara, con su labor, ha logrado mejoras para Cuenca...

Siempre ha tenido un papel en la sociedad conquense. A propuesta de la Cámara y hablando con el ayuntamiento se pudo asfaltar Carretería. En época de guerra, la Junta de Cofradías se reunía en sus locales. No olvidemos su papel fundamental de mano de su presidente de entonces, Rafael Araque Pérez, a la hora de conseguir que Cuenca fuese Patrimonio de la Humanidad. Todo esto creo que ha ido de la mano de mejorar la sociedad conquense.

¿Cómo se puede combatir la despoblación?

Si tuviera la varita mágica para combatirla, ahora mismo lo hacía. Se están estudiando diferentes fórmulas. Es evidente que, cada día, todo el mundo requiere más servicios y comodidad a la hora de establecerse en su vivienda. Habría que ver cómo incentivar a la gente para que pueda residir en la provincia y tenga mitigados esos problemas que no tienen quienes residen en núcleos más poblados.

¿Cómo ve la capital y la provincia desde el punto de vista emprendedor?

La provincia tiene cada vez más creación de empresas, lo que pasa que vivimos en una provincia en la que cada vez hay menos habitantes y donde el envejecimiento de la población es notorio. En la capital pasa un poco lo mismo. Todos queremos que vengan nuevas fábricas, pero tenemos una industria que es el turismo y que es fundamental tanto en la capital como en la provincia, por lo que hay que fomentarlo.

"Quizá lo que hace falta es más promoción, que la gente conozca más lo que tenemos en la provincia. Que esa promoción sea de todos los agentes que estamos implicados en ella, de una sola vez y en un sola dirección"

¿Comparte entonces la apuesta por la cultura vinculada al turismo?

Es que en Cuenca tenemos cosas que no las tienen otros sitios. Ahora mismo vemos los problemas que tienen en Galicia porque hay fábricas que van a cerrar, pero a nosotros nadie nos puede quitar las Casas Colgadas de donde están, ni la Serranía, ni el patrimonio cultural: la deslocalización de nuestro producto es imposible. Quizá lo que hace falta es más promoción, que la gente conozca más lo que tenemos en la provincia. Que esa promoción sea de todos los agentes que estamos implicados en ella, de una sola vez y en un sola dirección. Ya no se trata tanto de la creación de nuevas industrias, que también, porque es evidente que hace falta, sobre todo para ofrecer trabajo a los jóvenes que se están yendo a otros sitios, sino, también, de potenciar aquello que tenemos y que yo creo que no está potenciado al ciento por ciento, ni si quiera a un nivel muy alto. Menos teniendo en cuenta que estamos en medio de dos grandes poblaciones, Madrid y Valencia, primera y tercera ciudades españolas, y que tenemos unas buenas comunicaciones a través del AVE... Sería muy bueno que pudiéramos tener de la manera más rápida posible esa unión con el Levante a través de autovía, bien por Motilla, bien por Minglanilla, lo que haría que el camino para las flotas de camiones se acortasen unos cuantos kilómetros y muchos camiones pasasen por nuestra ciudad; de paso, pero es que si no a Cuenca hay que venir expresamente. Si estamos de paso de algo, alguien pasará y dirá: “Ahí está Cuenca, pues vamos a parar, o vamos a venir otro día”.

¿Toledo, que nos triplica en visitantes, debería ser el referente?

Toledo tiene la ventaja de estar a 80 kilómetros de Madrid, comunicado por una autovía y una autopista de peaje, con trenes que tardan 25 minutos. Para equipararnos necesitamos esa promoción de la que antes hablaba. Porque en Cuenca podemos defender que solo hay una hora y cinco minutos desde Cuenca a Madrid en el AVE y una hora y veinticinco minutos si viajas en coche. Aunque hay mucho mercado, este es el más cercano y el que creemos que deberíamos aprovechar mucho mejor.

En el caso de la propuesta de los ascensores, ¿la Cámara sería favorable?

Se ha hablado mucho pero no hay nada concreto. Cuando haya un proyecto concreto, seguramente que la Cámara tenga una postura al respecto. Todo lo que sea mejorar el que el turista pueda tener un acceso más cómodo al Casco Antiguo y que desde el Casco Antiguo se tenga un mejor acceso a la parte comercial, y fomentar esta parte comercial del centro, que sea un centro comercial abierto, sería bueno. Hace falta además una mayor continuidad entre el centro de Cuenca y el Casco, que sea más cómodo para los visitantes ver la gran cantidad de museos, de cultura, que hay en el Casco, y también bajar a pasear y tener acceso a los comercios de la parte nueva.

Ahora que hay elecciones, ¿qué espera que suceda?

Todas las administraciones deben velar por el desarrollo de la provincia. El Ayuntamiento de Cuenca, el de Belmonte, el de Motilla, como podría decir otros. La Diputación, la Junta de Comunidades... Si cuando hay un proyecto todos tiramos hacia la misma dirección, va a ser mucho más fácil avanzar.