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Robótica

Tecnología para cubrir los desafíos sociales y educativos del siglo XXI

De la mano de Enrique Cuesta, niños desde los 5 años y adultos aprenden a descubrir las potencialidades de la robótica y mejorar las relaciones personales y con el medio ambiente
Fotos: Saúl García
09/01/2018 - Nuria Lozano

El nombre ya dice mucho de la filosofía de esta empresa conquense que inició su andadura en febrero de 2016. “Todas las personas somos diamantes, con su brillo y belleza, pero necesitamos pulirnos para sacar todo nuestro potencial”.

Así explica Enrique Cuesta el por qué de haber bautizado con Pulediamante su aventura empresarial que acaba de conseguir uno de los premios del III Concurso Lanzadera de la Diputación Provincial. No es el primer reconocimiento que recibe este proyecto en sus apenas dos años de vida. También se alzó con uno de los galardones del concurso +Patrimonio convocado con motivo del XX aniversario de Cuenca como Ciudad Patrimonio y, más recientemente, con el Premio a la Innovación 2017 de la Asociación de Jóvenes Empresarios.

“Estas distinciones te ayudan en lo económico, pero sobre todo te animan a continuar. Estamos muy contentos porque esto demuestra que lo estamos haciendo bien y la respuesta de las familias es cada vez mayor”, expresa Cuesta.

El objetivo de Pulediamante es cubrir los desafíos sociales y educativos del siglo XXI a través de las Nuevas Tecnologías.

LA ROBÓTICA

Por eso, la parte principal de su oferta son los talleres de robótica que se imparten durante todo el año. También estas navidades a través de un campus que acaba de finalizar y que ha tenido un gran éxito de participación. “Se trata de descubrir las enormes potencialidades que la robótica tiene, un mundo con un recorrido enorme”.

Hoy tiene presencia en el transporte, en lo laboral, en rescates, en la gestión de residuos peligrosos, en tareas repetitivas y también a nivel doméstico con robots que limpian la casa o los famosos robots de cocina. En estos talleres, niños desde los cinco años y adultos trabajan con software libre y legos, aprendiendo a programar, crear videojuegos y todo tipo de robots con motores y sensores. Asimismo, en Pulediamante se dan cursos de Introducción a la impresión en 3D, manejo de drones, domótica con placas de Arduino, con las que se puede programar, por ejemplo, un programa de riego, o elaboración de APPs muy sencillas.

“Hay pequeños genios que ya incluso nos superan”, dice Enrique, que aclara que en su empresa, más que profesores, son facilitadores. “Nosotros les damos las herramientas para investigar y los que más inquietudes tienen traen de casa sus propios proyectos e ideas, de los que también aprendemos”.

En su opinión, “lo bonito es que empiezan y terminan los proyectos, juegan con ellos. Y no importa la edad, sino la ilusión”.

Como la que mueve a Cristian Plaza, de 9 años, que en el campus de Navidad ha realizado varios robots de fútbol y una avioneta de la que se siente muy orgulloso. “Todos los niños deberían probar a hacer robots, está muy chulo”, apunta.

Andrés García, también de 9 años, asegura que da mucha alegría cuando sus creaciones funcionan, como el portero que ha hecho que da patadas.

Para los más veteranos en estas lides, Rodrigo García y Aarón Hermida, de 10 y 8 años, respectivamente, la robótica ya no tiene secretos. “Mi primo trabajaba con ordenadores en la Universidad y yo le dije a mi padre que quería estudiar robótica”, explica Rodrigo. “Lo más emocionante es que tú los montas y pones lo que quieres que hagan”.

Su sueño, es hacer un robot que cure todas las enfermedades del mundo. El de Aarón, hacer otro Titanic “pero que no se hunda”.

Enrique Cuesta se ha marcado un reto de cara a 2018, y es conseguir acabar con el déficit de chicas científicas. “Es algo heredado, pero la realidad es que ellas trabajan muy bien y tienen un potencial muy grande”.

Como Lucía Díez, de 10 años, quien en solo un día ha sido capaz de montar varios legos con motor y demostrar que “esto también lo podemos hacer las chicas”.

Hay niños con son verdaderos genios de la robótica, incluso nos superan

METAS PARA 2018

Otras de las metas que se ha propuesto Pulediamante de cara a este año es expandirse por toda la región y lanzar un concurso medioambiental para escolares, en el que se planteen soluciones a problemas concretos, como puede ser un incendio, siempre enfocándolo desde las nuevas tecnologías.

Durante 2017, ha incrementado su presencia en la provincia en colegios y con diferentes talleres. También a través de Escuelas municipales como la de Arcas o la de la capital, en el Centro Joven.

OTRAS ACTIVIDADES

Pero esta novedosa empresa es mucho más que Robótica. También aborda las relaciones personales y con el medio ambiente.

Así, ayudan a familias con problemas comunicacionales o con hijos con determinadas adicciones.

“Lo que más estamos tratando son casos de consumo de cannabis, que cada vez empieza a edades más tempranas y afecta a todo el desarrollo de los jóvenes causando graves carencias afectivas”, detalla Cuesta. Para ello se hacen intervenciones concretas implicando a las familias “a las que hacemos ver que no solo es un problema del hijo sino de todos”. De la misma manera, intentan que los afectados adquieran otras conductas que les hagan olvidarse del consumo de estupefacientes siempre dentro de su entorno. “Vamos al parque con ellos, e incluso hablamos con su grupo de amigos”.

Afortunadamente, son muchas las adicciones que se han podido revertir gracias a las terapias de Pulediamante “aunque nosotros solo somos un apoyo, un soporte, pero el mérito es de las familias”.

Otro tipo de actividad es la de la concienciación medioambiental con actividades como los ‘Paseos Didácticos en la naturaleza’ o los talleres de risoterapia y de relajación ‘mind fullness’, “una técnica con la que mucha gente ha dejado incluso las pastillas para dormir”.

En definitiva, un mundo de posibilidades para conseguir el fin último de esta innovadora iniciativa conquense: dar a la sociedad diamantes con mucho brillo.