En 1987 tres socios fundaban Pinturas Coes, la que hasta hoy sigue siendo la fábrica de referencia de pintura de la provincia de Cuenca. Los hermanos Luis y Modesto, naturales de Olivares de Júcar, regresaron de Valencia para montar en su tierra una empresa relacionada con el sector en el que siempre habían trabajado.
Ubicada desde 1993 en el polígono de la carretera de Valencia, Coes ha celebrado este mes de noviembre su 30 cumpleaños contando entre sus velas tres generaciones de clientes y la segunda en la gerencia. Jubilados ya los fundadores, han tomado las riendas del negocio sus hijos. Tras sortear los años de la crisis , en los que las ventas cayeron considerablemente, y la aparición de numerosas tiendas de bricolaje y multisuperficies, en los últimos dos años ha habido un antes y un después, según explica el actual gerente, Luis Escribano, quien destaca que el mundo de la pintura “está en constante evolución”. Para no perder este tren, la clave está en la innovación, algo por lo que apuesta de forma rotunda Escribano.
En la actualidad, Coes cuenta con una plantilla muy joven de 15 trabajadores, “sin los que el crecimiento de la empresa no hubiera sido posible”. Con marca propia, cuenta con 14 líneas de producción y varias cartas con infinidad de tonos. Una de las características que lo convierte en un negocio único es que ofrece la posibilidad de reproducir el color exacto de cualquier objeto que lleve el cliente, sea del material que sea, gracias a un colorímetro y distintas máquinas tintométricas.
Disponen de más de 4.000 productos distintos y todas las gamas técnicas de pinturas ‘anti’: anti-mosquitos, anti-bacterias, anti-radiaciones, o anti-humedad, amén de todos los utensilios que los profesionales o amateurs pueden necesitar para dejar su casa como nueva. Durante este 2017, cuenta el gerente, se ha renovado el tradicional logo de las Casas Colgadas que aparecía en los botes, por una imagen mucho más moderna en los envases de las diferentes líneas. Asimismo, se ha reforzado el laboratorio y el departamento de Marketing y la presencia en redes. “Pero no vamos a quedarnos ahí y en 2018 desarrollaremos un ambicioso plan para hacer mucho más potente la empresa”, explica Escribano.
El sello de la casa es no solo vender, sino ofrecer asesoramiento personalizadoPara ello, hará su mayor inversión en implantar nueva maquinaria en la fábrica, incorporando silos especializados, máquinas envasadoras, mezcladoras y tintométricas. También se dotará al laboratorio de nuevas máquinas para obtener fórmulas más controladas. Esto permitirá fabricar pinturas en las que los esmaltes y disolventes se sustituyan por emulsiones al agua, sin olores y sin residuos, pero con la misma resistencia y durabilidad. El objetivo es “incrementar la producción, hacer nuevos productos y llegar a nuevos clientes, además de crear más puestos de trabajo”, indica el gerente de Coes.
Puestos que irán asociados a una red comercial que se encargará de expandir la marca a nuevos mercados, principalmente La Mancha conquense, el Levante y la zona centro. Manteniendo, eso sí, el sello de la casa, el que hace de Coes algo más que un lugar donde solo se vende pintura. “Lo que nos ha convertido en un referente y nos diferencia de la competencia es que asesoramos a nuestros compradores, les ayudamos a elegir el material adecuado a sus necesidades, tenemos un trato cercano con ellos”.
Aunque hoy la gente pinta cada vez menos sus hogares- se ha pasado de hacerlo cada dos o tres años a una media de seis- Pinturas Coes sigue en la brecha y ha conseguido ir creciendo “gracias al boca a boca y a la calidad de nuestras pinturas”. Como dice Luis, “este trabajo me ha permitido conocer a muchas personas y si hay algo gratificante es cuando te ven por la calle y te piden consejo sobre cómo pintar o hacer esto o aquello”. El gerente confía en que con las importantes mejoras que se van a llevar a cabo Coes siga poniendo color y decoración en los hogares y negocios conquenses al menos otros 30 años más.
