La Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Cuenca arranca una nueva andadura con la celebración de sus primeras elecciones en ocho años y la esperanza de que las nuevas leyes camerales aprobadas tanto en las Cortes Generales como en Castilla-La Mancha le permitan levantar el vuelo tras un periodo muy complicado, con una liquidez “verdaderamente precaria”, desde que en 2010 se suprimiera el recurso cameral permanente, que para la Cámara de Cuenca suponía el 80 por ciento de su presupuesto, lo que desde entonces ha supuesto la reducción de su plantilla de 26 a siete trabajadores con la consiguiente reducción de su actividad.
Félix Aceñero asume este reto, prolongando así su etapa al frente de la Cámara iniciada en 2011. Y lo hace acompañado de Alfredo Monteagudo como vicepresidente primero, Luis Miguel Carrasco como vicepresidente segundo, Carlos Garrido como tesorero y Verónica Rojas, Juventino Menéndez, José Luis Zorita, Francisco Javier Rodríguez y José Suárez como vocales. A ellos se une Óscar Javier Martínez, actual director provincial de Economía, Empresas y Empleo, como vocal en representación de la Junta de Comunidades, administración tutelante de la Cámara.
Aceñero confía en que en este nuevo mandato, que ya será de cuatro años, la Cámara disponga de “la mayor proyección posible en la provincia” y de su actividad se puedan beneficiar “nuestras empresas, empresarios y la sociedad”.
La nueva ley de cámaras, de 2014, y su desarrollo en la ley regional de 2017, son normativas que, según Aceñero, conllevaron “arduas negociaciones” pero que la Cámara celebra aunque no hayan propiciado la vuelta de aquel recurso cameral que considera que era “redistributivo”, de modo que su financiación pasa a depender ahora de su función de órgano intermedio para gestionar programas europeos con fondos Feder o los convenios que firme con las distintas administraciones públicas para el desarrollo de acciones de formación, el servicio de la ventanilla única empresarial o los viveros de empresas.
A este respecto, ante representantes de todas las administraciones, ha agradecido que en la actualidad la Cámara cuente con ayudas tanto del Ayuntamiento de Cuenca como de la Diputación y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, con esta última “olvidados aquellos años sin una sola ayuda”.
Y ha defendido la necesidad de que estas colaboraciones se mantengan para que la Cámara de Cuenca, que en agosto cumplirá 105 años de existencia, pueda desarrollar su labor “de servicio” a toda la sociedad.
“Tengo la esperanza de que las administraciones tengan en cuenta que la Cámara tiene que seguir adelante y ayudar a que cada persona tenga un futuro”, ha dicho.
De su labor ya histórica, Aceñero ha recordado, entre otras cosas, que en el año 1914 esta institución contribuyó a que Carretería se asfaltara y en los noventa a que la capital obtuviera el título de ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Y ha confiado, finalmente, en que, a través de esta institución, “las nuevas generaciones tengan una buena imagen de las empresas y de los empresarios, haya formación y empleo para los jóvenes, las empresas se formen a través de la ventanilla única y se consoliden los viveros de empresas”.
