Siete penaltis en diez partidos de liga. Una pena máxima cada 128 minutos jugados. Es el fatídico dato que acumula la Balompédica en este inicio de liga en Tercera División.
De los siete lanzamientos desde los once metros, Isi Jareño sólo ha podido detener dos de ellos (Azuqueca y el segundo frente al CD Torrijos), mientras que de los cinco restantes sólo el recibido en la primera jornada de liga ante el Toledo no ha tenido relación directa en el resultado, ya que este se realizó al filo del final del partido cuando el conjunto verde ya ganaba 2-0.
El resto le ha robado puntos valiosos, como en el caso del Atlético Ibañés (cuando la Balompédica ganaba 1-0) o Illescas, también con la ventaja blanquinegra por la mínima. Además de encarrilar resultados adversos como el de Pedroñeras (cuando el Conquense ganaba por la mínima y que dio el empate a los rojiblancos para ceder en el descuento ante el equipo ajero), al igual que en el Multimarcas Torrijos, resultando el 1-0 para el conjunto toledano primero, mientras que el segundo penalti pudo suponer el segundo para los locales si Isi Jareño no hubiera detenido la infracción que él mismo cometió.
“Es un dato que tengo grabado a fuego. Es algo que lo hemos hablado, no puede ser que hagamos buenos partidos tanto dentro como fuera de casa y se tire todo ese trabajo por la borda con penaltis que son muy, muy evitables, porque son de una toma de decisión, de una mala vigilancia, relajación... son cosas que tenemos que mejorar porque todo el trabajo que se consigue se va con una simple acción”, indicaba Ignacio Alfonso en la previa del partido ante el Manchego Ciudad Real. Todo un talón de Aquiles para el Conquense que ya acumula más penas máximas recibidas que en toda la temporada pasada.
