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Paleontología

El hallazgo de un pollito en Las Hoyas revela aspectos sorprendentes sobre las aves primitivas

Se trata de un fósil de enantiornita de apenas 2 centímetros con el esqueleto prácticamente completo y cráneo que se expondrá en unos días en el MUPA
Fotos: Saúl García
05/03/2018 - Nuria Lozano

El Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha suma un nuevo atractivo a sus ricos contenidos. Se trata del fósil de un pollito de enantiornita (un grupo de aves que se extinguieron hace millones de años) que fue descubierto en el yacimiento conquense de Las Hoyas en 2004 y ha revelado aspectos sorprendentes sobre las aves primitivas.

Este lunes se ha presentado el hallazgo en la sede del MUPA, en Cuenca, con la presencia de científicos e investigadores, el vicepresidente del Gobierno regional, José Luis Martínez Guijarro, y el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Ángel Felpeto.

El ejemplar es una de las aves fósiles más pequeñas que se conocen pero contiene una información única sobre cómo era el crecimiento de un ave primitiva. Mide poco más de dos centímetros, lo que equivale más o menos al tamaño de una cucaracha grande, y se sabe que murió poco después de salir del huevo, casi recién nacido.

Sin embargo, y lo que más ha fascinado a los científicos, es que se ha encontrado con el esqueleto prácticamente completo y por primera vez, tratándose de un ave de Las Hoyas, con el cráneo. Se da la circunstancia de que es el primer 'bebé pájaro' que se descubre en el yacimiento de La Cierva.

Estudio

El estudio de este interesante fósil acaba de publicarse en la prestigiosa revista Nature Communications. Una investigación en la que se han empleado las más modernas técnicas y los equipos más sofisticados del mundo. Y es que el tamaño del pollo no lo ha puesto nada fácil, según explicaba el director del estudio, José Luis Sanz.

Así, gracias al sincrotrón de Grenoble, en Francia, una especie de acelerador de partículas, se ha podido reconstruir el esqueleto de este minúsculo animal por micro-tomografía computarizada. “El análisis virtual de la estructura del hueso indicaría que el esqueleto estaba creciendo a gran velocidad. Además, la cabeza es enorme respecto al cuerpo y tiene unas grandes órbitas que albergarían unos ojos también relativamente grandes, como corresponde a un individuo en sus primeras fases de desarrollo”, ha explicado Sanz.

Por otro lado, el sincrotrón de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, ha permitido realizar mapas de elementos químicos procedentes de los tejidos fosilizados. Así, se ha descubierto la señal del fósforo y una gran curiosidad: la cantidad de fósforo del esqueleto del pollito es similar a la que tiene un ave en la actualidad, “lo que pone de manifiesto el enorme potencial de preservación del yacimiento de Las Hoyas”.

También se ha empleado en el estudio un sistema muy sofisticado de láser ultravioleta con el que se han visto las plumas de este pequeño animal que, todo parece indicar, perteneció al grupo de las aves nidífugas, es decir, que abandonan el nido nada más nacer.

Un pollo ‘sin nombre’

Lo fundamental de este descubrimiento, en palabras de José Luis Sanz, es que revela cómo eran los patrones de osificación de las aves primitivas y aporta datos sobre el ritmo de desarrollo de las mismas.

Según ha confirmado el director del Museo de Paleontología, Santiago Langreo, el público podrá ver a este pollito de hace 125 millones de años en menos de una semana en la sala de Las Hoyas, de momento con carácter permanente. Eso sí, no será bautizado como ocurrió con el dinosaurio ‘Pepito’. Y es que al desconocerse cómo sería su morfología de adulto y no poder caracterizarlo de forma adecuada los científicos prefieren no ponerle un nombre.

Por su parte, el consejero de Educación, Ángel Felpeto, ha destacado que será un “valor añadido” para el MUPA, que continúa incrementando el número de visitas con respecto a 2017, y ha subrayado la labor que están realizando los investigadores en este yacimiento, “un trabajo fundamental para seguir ajustando el puzzle evolutivo”, ha precisado.

Equipo multidisciplinar

El fósil ha sido estudiado por un equipo multidisciplinar compuesto por investigadores de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis (España), Museo de Historia Natural de Los Ángeles (EEUU), Universidad de Mánchester (Reino Unido), Universidad de Upsala (Suecia), Sincrotrón Europeo (Francia), College of Charleston (EEUU), Universidad Nacional de Educación a Distancia (España), Universidad de Málaga (España) y Universidad Autónoma de Madrid (España).


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