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El club de lectura que rescata las obras creadas por mujeres

Escuela de Ateneas se desarrolla los jueves, con periodicidad quincenal, en la Biblioteca Pública del Estado de Cuenca
El club de lectura que rescata las obras creadas por mujeres
Foto: Escuela de Ateneas
06/11/2019 - Dolo Cambronero

La Escuela de Atenas representa a los filósofos y científicos más importantes de la época clásica. Hombres todos, claro. Laura Fresneda, técnico auxiliar de la Biblioteca Pública del Estado de Cuenca, tomó prestado este nombre, le añadió solo una ‘e’ -lo suficiente para cambiarle todo el sentido- y bautizó con el resultado, Escuela de Ateneas, a un nuevo club de lectura que echó a andar en la entidad el pasado mayo con el objetivo de rescatar del olvido a las creaciones de mujeres que nunca llegaron a ser conocidas en el mundo de la literatura.

“Atenea es la diosa de la sabiduría”, subraya Fresneda, coordinadora de este club de ocio cultural por la igualdad y diversidad de género, que tiene una periodicidad quincenal y se celebra los jueves de 17:30 a 19:00 horas en la Biblioteca Pública del Estado.

TALLERES

Escuela de Ateneas es uno de los cinco clubes de lectura que oferta la Biblioteca Pública del Estado de Cuenca este curso (Letras Mágicas, Libros de siempre, Endrina y Galatea), a los que hay que sumar varios talleres para adultos (de lengua francesa, de cine y de pensamiento) e infantiles (de ajedrez, de robótica y para prelectores, repartidos según edades).

La coordinadora cuenta que Escuela de Ateneas comenzó a fraguarse tras el éxito de las movilizaciones feministas del 8-M. En un mundo que va demasiado deprisa y en el que queda poco espacio para la conversación tranquila, ya se había planteado hace tiempo con unas amigas la idea de crear un grupo abierto al debate, con las que también había surgido el posible nombre.

Y así fue como, consciente de que “los clubes de lectura funcionan muy bien”, Fresneda proponía Escuela de Ateneas a la biblioteca con el objetivo de centrarse en obras creadas por mujeres, tantas veces olvidadas a lo largo de la historia.

Y en mayo nacía el grupo, al que se inscribieron 12 personas, dos de ellas varones jóvenes. “Hay más mujeres que hombres en todos los clubes de lectura, pero en este aún más”, cuenta la coordinadora.

Este año se han sumado al club 19 personas, entre ellas también dos hombres. “Unos valientes”, apunta la coordinadora, lamentando que muchos varones se pongan a la defensiva cuando se habla de feminismo, un movimiento que -aprovecha para recordar- busca la igualdad.

Para Fresneda, uno de los mayores valores del grupo es que es muy variopinto y hay personas de todas las edades: desde jóvenes de 19 años a una mujer de 75 años. Además, también proceden de varios países, lo que hace aún más enriquecedora la puesta en común de los textos que leen.

Para la técnico, lo interesante es que surja un debate a partir de una obra que cada una va interpretando según sus propias vivencias y valores, lo que ayuda a ver más puntos de vista e interpretaciones del texto original.

Como el curso pasado se planteó al final de la temporada, solo dio tiempo a leer La novia oscura, una novela de la escritora colombiana Laura Restrepo que trata el tema de la prostitución y que anima a la sororidad. “Es amargo pero dulce”, señala Fresneda.

Y este curso han empezado con Sueños desde el umbral, una obra de la socióloga marroquí Fátima Mernissi que narra las memorias de una niña en un harén.

Entre las próximas lecturas, Fresneda avanza Tea Room, una de las obras que forman parte de El anaquel de las lecturas feministas, del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha.

Escuela de Ateneas ha arrancado este curso con la lectura de ‘Sueños desde el umbral,’ obra de la socióloga marroquí Fátima Mernissi

Además de las sesiones presenciales en las que se comparte la lectura, también se ha puesto en marcha un blog para que los que no puedan asistir puedan seguir el curso a distancia. “Es un club de lectura híbrido”, apunta.

“Las bibliotecas tenemos que salir de nuestro rincón”, reflexiona en este sentido la coordinadora, argumentando que cualquiera con una conexión a internet puede acceder hoy en día desde su casa a todos los recursos que ofrecen estas entidades, por lo que deben reinventarse para aportar otros valores añadidos y para ayudar a extender la cultura por todos los sitios.

ATRAÍDA POR EL NOMBRE

Lo primero que llamó la atención a Glenda, médica de 43 años, de este club de lectura fue el nombre de Escuela de Ateneas. Aficionada a la lectura e interesada en la temática de la lucha por la igualdad, se apuntó en mayo al grupo y ha repetido ahora de nuevo.

“El grupo es muy variado y aprendes de todos”, señala Glenda, que destaca que el hecho de que haya personas de diferentes países -como ella, que nació en Ecuador aunque lleva ya un tiempo en España y llegó a Cuenca el año pasado- enriquece el debate.

Para Fresneda, entre las bondades de un club de lectura están el fomento del pensamiento crítico y del diálogo. Con la excusa de la lectura, se habla también de otras cosas. Solo hacen falta “ganas de compartir, de entenderse. Buscar lo que nos une es la base de Escuela de Ateneas”.