DIPUTACIÓN FERIA DEL LIBRO
Es noticia en Cultura: Estival Festival de Novela Negra Casas Ahorcadas Libros fap Fundación Antonio Pérez Cine
Cine

'El Ángel': El mal personificado en un serafín

La originalidad de esta historia de tintes negros es que está planteada desde unos parámetros totalmente alejados del género
'El Ángel': El mal personificado en un serafín
13/11/2018 - Pepe Alfaro

De sorprendente cabe calificar la forma que el director Luis Ortega ha elegido para acercarse a un personaje que forma parte de la crónica negra argentina. Carlos Robledo Puch era un joven de diecisiete años a principios de los años setenta del siglo pasado, a quien se atribuyen once asesinatos y multitud de robos en solo un par de años, hasta ser detenido por la policía y condenado a pudrirse en una prisión, donde purga su pena con el dudoso honor de ser el preso más antiguo del país hispanoamericano. La prensa le bautizó con el apelativo de “Angel de la Muerte” por su aspecto de querubín que personificaba una perversa frialdad asesina.

La originalidad de esta historia de tintes negros es que está planteada desde unos parámetros totalmente alejados del género, de hecho la película está filmada en luminosos y vivos colores, como si pretendiera alejar al personaje de su estela de muerte, sin juzgar sus criminales actuaciones. Desde la presentación del personaje con un rostro angelical al que nadie se puede resistir, hasta que conoce a otro joven (interpretado por Chino Darín, hijo del actor argentino más popular de nombre Ricardo) y ambos emprenden un camino de mentiras y robos hasta desembocar en una serie de asesinatos sin motivación, mostrados por la cámara con un distanciamiento que añade cierto, y por otra parte necesario, matiz sarcástico a la hora de mostrar el mal personificado en un símbolo de belleza y aparente ingenuidad infantil.

El Ángel combina el desarrollo de la acción con una perfecta ambientación musical que enmarca adecuadamente la época en cada una de las escenas, y que junto a los detalles de decoración y vestuario ofrecen un envoltorio de buen diseño de producción. El film nos permite recuperar las populares canciones de La Joven Guardia, Leonardo Favio, Palito Ortega o Astor Piazzolla entre otros, incluso uno de los personajes tararea “La gallina Turuleca”, pero la imagen que perdurará es la del protagonista bailando al ritmo de una canción titulada “El extraño de pelo largo” tras cometer sus fechorías, y cuya letra extrañamente ofrece algunas conexiones con el personaje.

A pesar de todos estos estimulantes condimentos, que por separado presentan suficientes alicientes para conseguir un guiso sabroso, el resultado presenta una extraña textura que no se acaba de digerir bien y a ratos resulta insípido. La historia no pierde interés, pero no alcanza anotaciones de emoción, aunque quizá esta sea precisamente la pretensión del director, que por otra parte sabe extraer el máximo partido a cada una de las cualidades fisonómicas del rostro de Lorenzo Ferro (hijo del actor argentino Rafael Ferro), el joven debutante que consiguió hacerse con el suculento papel, creando un sinuoso personaje a la altura del verdadero Carlos Robledo.


Etiquetas:

Cine