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Urbanismo

El vallado del edificio Catalina indigna a los comerciantes

El Ayuntamiento concede licencia municipal para el derribo a sus propietarios pero el proceso se paraliza por el expediente de un particular que alega su interés patrimonial
El vallado del edificio Catalina indigna a los comerciantes
15/12/2018 - G. D.

Entre diez y quince años lleva abandonado el edificio Catalina, ubicado en el número 6 de la calle José Cobo, un tiempo durante el que el deterioro de este inmueble construido en 1930, obra del arquitecto Elicio González Mateo, no ha hecho sino aumentar, pues entre otras cuestiones mantenía todas sus ventanas y balcones abiertos de par en par, lo cual ha llevado a sus propietarios a decidir que, en las condiciones actuales, la mejor opción es derribarlo.

Sin embargo, aunque el Ayuntamiento ya les había concedido la licencia municipal para el derribo, esta se encuentra paralizada al haber presentado un particular un expediente para que el edificio se declare bien de interés patrimonial y no pueda ser derribado, ante lo cual es el servicio de Patrimonio del Gobierno regional quien debe pronunciarse.

En paralelo a ello, una ciudadana, Cristina Guardia Lledó, ha iniciado una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org para frenar la demolición del inmueble, pues entre otras cosas considera que su fachada constituye uno de los escasos ejemplos del modernismo en Cuenca. La campaña llevaba este jueves más de 600 adhesiones. “No podemos consentir ni un derribo más de un edificio singular de nuestra ciudad”, señalan.

Sospechan los firmantes que los propietarios han permitido el deterioro del edificio con vistas a obtener el permiso de derribo y poder construir nuevas viviendas con las que hacer negocio.

Lo cierto es que el aspecto que a simple vista presenta en la actualidad el inmueble hace pensar en que su restauración conllevaría un alto coste, algo que en Izquierda Unida, partidarios de su mantenimiento, entienden que podría haberse evitado de haber instado hace años el Ayuntamiento a sus propietarios a que lo restauraran y, en el caso de que estos no lo hubieran hecho, hacerlo él mismo de forma subsidiaria y pasarles la factura.

En el comercio del entorno, mientras tanto, hay diversidad de opiniones. Todos consideran que el estado del edificio está en muy malas condiciones, pero los hay que optan tanto por su derribo como por su conservación. La mayoría de los consultados por Las Noticias, eso sí, consideran que son los técnicos quienes deben determinar si el inmueble se puede recuperar o no.

Hay asimismo unanimidad en criticar que haya sido justo ahora, en plenas fechas navideñas, cuando el inmueble ha sido rodeado de una valla con vistas a su demolición.

En concreto, se trata de un vallado que limita considerablemente el tránsito de peatones por esta céntrica calle anexa a Carretería, que desde hace un par de semanas tiene que hacerse en fila india o por una calzada por la que periódicamente circulan autobuses y vehículos de carga y descarga.

“Si hasta ahora el edificio daba mala imagen, con la valla es todavía peor”, lamentan.