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"A los conquenses les gusta aprender japonés por el manga y los videojuegos"

Tamiko Nakamura imparte clases en nuestra ciudad, en la que ya se siente "como en casa"
"A los conquenses les gusta aprender japonés por el manga y los videojuegos"
Foto: Saúl García
16/04/2018 - Nuria Lozano

Tamiko Nakamura llegó por primera vez a Cuenca desde la provincia de Aichi (Japón) hace cuatro años, gracias a un acuerdo entre la Universidad de Castilla-La Mancha y la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto.

Aún no se atreve a decir que es medio conquense “porque mi manera de pensar y de ser es totalmente japonesa, pero cuando regreso de algún viaje siento que vuelvo a casa”.

De nuestra ciudad lo que más le gusta es la tranquilidad. “Es pequeña, pero tiene lo suficiente y está genial para estudiar. Tiene un Casco Antiguo y un entorno natural precioso. Me encanta ver el atardecer y aquí, desde cualquier lugar, es muy bonito. Eso me anima mucho”.

Mientras termina su doctorado imparte clases de japonés y se empapa de las costumbres españolas, a las que reconoce que todavía le cuesta acostumbrase “por las grandes diferencias culturales y sociales”.

En la actualidad enseña su idioma a 15 alumnos y alumnas del campus de Cuenca, además de dar clases particulares.

Según dice, los conquenses tienen mucho interés por aprender la lengua del país del sol naciente, sobre todo gracias al mundo del manga o por cosas tan conocidas como la tecnología o los videojuegos. “He tenido también muchos alumnos que son guías turísticos. Aquí vienen muchos japoneses a hacer turismo y les es muy útil para su trabajo”, afirma Tamiko.

Considera que el japonés no es difícil de aprender para los hispanohablantes desde el punto de vista fonético, pero sí el uso de tres tipos de escritura. “Por ejemplo, una palabra que se pronuncia de igual manera significa una cosa u otra dependiendo de con qué kanji (caracter) se escriba. También una palabra puede escribirse de varias formas, y aunque sea la misma palabra, cambia lo que nos transmite. Hay un montón de expresiones y formas para decir lo mismo dependiendo de con quién o de quién hables. Eso es algo que me gusta mucho del japonés”.

Su truco para enseñar a sus alumnos es crear un ambiente divertido en sus clases.

Sobre el tiempo que necesita una persona para dominar más o menos su lengua no lo tiene muy claro. “Ayuda mucho vivir en el país una temporada, pero hay gente que ha aprendido solo mirando manga y habla bien. Unos amigos míos que viven en Japón llevan allí cinco años y ya lo hablan a la perfección”.

¿Y a la inversa? ¿Qué le parece a Tamiko el español? “Sinceramente, muy difícil. Cada día intento mejorar pero siento que no llego a poder expresarme perfectamente. Me resulta muy complicado lo que no tiene el japonés, como los artículos. Su uso es muy confuso. Con eso ya me rindo”.

Asimismo, confiesa que del humor español, en general, no entiende nada. O lo enrevesadas que le resultan las frases temporales como “estoy llegando”. “Si me dices que estás llegando, pienso como japonesa que ya estás ahí, no que tardas aún un rato, pero ya voy cogiendo los significados poco a poco”.

Por otra parte, le resulta muy graciosa la expresión ‘mecagüen’. “Me he dado cuenta de que los españoles “se cagan” mucho pero no dicen exactamente en qué”, bromea.

Todavía tiene tiempo por delante para captar los dobles sentidos, porque a esta nipona a la que tanto le gusta Cuenca no descarta quedarse para siempre aquí. “Nunca se sabe”, dice.