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Una conquense “de diez”, entre los aspirantes a las Becas Europa

Berta Gómez, estudiante del IES Hervás y Panduro de Cuenca, es una de los 200 finalistas que este fin de semana compiten por hacerse con una de las 50 plazas de las Becas Europa
Una conquense “de diez”, entre los aspirantes a las Becas Europa
Foto: Saúl García
24/02/2018 - M.Jimenez

Berta Gómez es alumna de segundo de bachillerato, rama ciencias de la salud, en el Instituto Hervás y Panduro de la capital, tiene 17 años y el sueño de estudiar neuropsiquiatría o neuropsicología, campo en el que quiere desarrollarse como investigadora.

Con una nota media de 10 en cuarto curso de la ESO, Berta se ha ganado el ser una de los 200 finalistas que este fin de semana compiten por hacerse con una de las 50 plazas de las Becas Europa, una iniciativa de la Universidad Francisco de Vitoria y la División Global Santander Universidades para potenciar el talento preuniversitario que celebra su fase final del 22 al 24 de febrero en Madrid.

Durante la primera fase del proyecto, a la que accedió junto a otros dos compañeros de instituto, Berta tuvo que explicar por qué creía que una de estas plazas debería ser para ella y su respuesta fue que, una vez informada en relación a esta convocatoria, se “imaginó absolutamente” como ganadora y tuvo la “certeza” de que tenía que ser suya, a pesar de que, aduce, “en esta selección hay gente muy capaz”.

“Si tú crees en algo, como yo he creído en que podía llegar, realmente llegas”, subraya esta brillante joven, al tiempo que defiende cómo, “si le pones esfuerzo y ánimo y no tienes dudas, pero sí una meta clara, al final lo logras”.

Imaginarse ganando esta beca y viajando por Europa es lo que, afirma, le ha dado “más fuerza para trabajar y no desfallecer” y es su principal secreto para llegar a esta última fase después de año y medio de duras pruebas, que han incluido un cuestionario personal sobre sus ambiciones, al que tuvo que responder preguntas como qué haría si ganase un millón de euros o qué personaje histórico sería.

A continuación, tuvo que elaborar un vídeo a través del cual explicar qué hace para “cambiar el mundo” y en el que, a lo largo de un minuto, explicó que lo que ella puede hacer es “poner el corazón” en todo lo que hace. En él también participaron algunos de sus profesores, amigos y familiares a los que pidió que confesasen “qué parte habían aportado de la Berta actual”. “Gracias a todos esos aportes creo que soy la persona que soy y tengo la capacidad de cambiar mi entorno”, resuelve.

Asimismo, ha tenido que hacer frente a un complejo test de inteligencia numérico y de vocabulario, otro de inglés y dos test psicotécnicos de 160 preguntas en los que valoraban “ya no solo tu rendimiento académico, sino cómo te enfrentas al estudio”, puntualiza una de las estudiantes españolas con un expediente académico más brillante.

ÚLTIMA ETAPA

Llegada la última fase, para la que se han tenido en cuenta no solo su rendimiento académico, por encima de la media de sus rivales, sino también sus inquietudes culturales y sociales y sus habilidades, ahora le queda exponer el resultado de un trabajo realizado junto a un grupo de otras siete chicas de toda España que tenían el desafío de plantear un proyecto para “mejorar” un campo de refugiados.

Pero, además de esa exposición frente a un tribunal y al resto de los 25 grupos finalistas, esta estudiante conquense tendrá la posibilidad de participar en numerosas actividades que le permitirán tener un acercamiento más práctico al mundo universitario con la asistencia a conferencias, grupos de trabajo, mesas redondas, dinámicas de grupo, entrevistas personales y talleres vocacionales por carreras y visitar la Ciudad Financiera del Santander.

En un primer momento se “interesó mucho” por la posibilidad simplemente de participar, pero, una vez en esta última fase, le “encantaría ganar” un premio que veía “muy inaccesible, porque las plazas son muy limitadas”.

Así, acude a Madrid con la intención de “participar todo lo que pueda en todas las actividades que se hagan y dar el máximo rendimiento” para alzarse con el premio: un viaje de 21 días en el mes de julio con parada en varias de las universidades europeas más prestigiosas, entre las que se encuentran Oxford, Bolonia o Heidelberg y con el “interés extra” de poder mantener encuentros con personalidades de la talla del Papa Benedicto XVI, los representantes de la Cámara de los Lores, la primera dama de Inglaterra o el presidente del Banco Central Europeo.

Lo más duro de este “viaje” ha sido, hasta ahora, tener que compatibilizar sus estudios con la realización de trabajos escritos y proyectos y, entre lo más bonito, remarca la posibilidad de haber conocido “a muchísima gente de toda España y con la que aprendes un montón”, algo que, espeta, no le “va a quitar nadie” aunque finalmente no consiguiese la beca.

Esta aventura ha sido posible gracias a la confianza depositada en ella por parte de su instituto, al que agradece este gesto.

Los resultados de esta aventura se conocerán en el transcurso del mes próximo de marzo.