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Caos en la nueva parada de taxis

Señalización descolorida, un semáforo que parte la parada en dos, excesivo tráfico y una acera muy estrecha, entre las principales razones que restan eficacia al servicio
Caos en la nueva parada de taxis
imagen del estado de la parada. Fotos: Saúl García
01/10/2018 - G.Díez

Algo más de tres meses después del cambio de ubicación de la parada de taxis, que el Ayuntamiento autorizó trasladar del parque de San Julián a la Avenida de Castilla-La Mancha a petición de un grupo de taxistas (demanda que no era compartida por todo el colectivo), Las Noticias ha constatado que el caos se ha instalado en sus inmediaciones.

Para empezar, porque, si no hay vehículos estacionados, cuesta determinar que se trata de una parada de taxis: hay dos señales verticales que lo indican, una al inicio y otra al final, pero muy distanciadas entre sí. Además, la primera poseía durante los primeros meses una altura elevadísima, que la hacía difícil de ver, aunque recientemente se ha cambiado por otra más visible.

A su vez, la señalización horizontal está muy desgastada. Apenas se puede leer la palabra taxi y las rayas se pueden confundir con las de carga y descarga. Esto último, unido a que tradicionalmente este tramo de vía estaba destinado a la carga y descarga, hace que no pocas personas estacionen en ella su vehículo durante un tiempo. Una práctica que en la anterior parada también se daba, pero en la cola de la fila, mientras que ahora los hay que estacionan al inicio, justo antes del semáforo o detrás del todo, de modo que aumenta el caos.

Algunos vehículos confunden la parada con la carga y descarga

El hecho de que el citado semáforo parta en dos la parada aumenta aún más la confusión: los primeros taxis deberían aparcar, en teoría, al inicio de la parada, superado el semáforo, pero los hay que estacionan antes de este para ganar en visibilidad, pues algunos usuarios se piensan que la fila empieza justo antes del semáforo, al quedarse el inicio de la fila un tanto distanciado y aislado, con paso de cebra en medio.

Así, cuando hay varios usuarios esperando a un taxi, pueden llegar a formarse dos o hasta tres filas distintas (al inicio, tras el semáforo y al final) de modo que, cuando llega el primer vehículo, es complicado saber quién es el primer viajero con derecho a subir. Al ser la acera tan estrecha, cuando se juntan muchos usuarios esperando se dificulta además el paso de peatones.

Lo usuarios pueden por otro lado entrar sin problemas por la puerta trasera izquierda de los taxis, pegada a la acera, pero para entrar por la del copiloto deben bajar a la calzada con el riesgo que supone en una vía con tanto tráfico de coches, algunos a gran velocidad para evitar que el semáforo se les ponga en rojo. Y abrir la puerta resulta complicado cuando hay un vehículo a la par. Apenas llevaba unos días funcionando la nueva parada cuando un taxista sufrió la rotura del espejo retrovisor derecho.

El elevado tráfico dificulta asimismo la salida de los taxis de una parada en la que profesionales consultados por Las Noticias reconocen estar muy encajonados. A ello hay que añadir el riesgo de chocar con los autobuses que, procedentes de Hurtado de Mendoza, giran hacia la calle Colón.

Caos en la nueva parada de taxis

SEMÁFORO EN MEDIO

El semáforo complica por otro lado la salida de los taxis y no siempre es respetado por los taxistas, según ha comprobado Las Noticias y reconoce un profesional del gremio. “A veces no te das cuenta”.

A todo esto hay que añadir el mal estado de la calzada donde está ubicada la parada, con varios baches y un suelo totalmente ennegrecido, sucio. O el hecho, ya conocido desde el principio, de que las plazas a su disposición sean inferiores en número que las que tenían en el parque de San Julián: si antes entraban unos quince vehículos, ahora solo hay sitio para unos ocho. Y los taxistas con licencia en la capital son 35

El principal beneficiario del cambio es la empresa de la ORA, que gana plazas

RAZONES PARA DUDAR

Son así muchas las razones que cuestionan la idoneidad de esta parada y que a algunos taxistas hacen añorar la del parque de San Julián, cuya calzada además sí ha sido recientemente reasfaltada y repintada su señalización.

Aunque también hay opiniones de todo tipo y algunos insisten en defender un cambio que, según aseguran, les permite una salida mucho más limpia hacia lugares como la carretera de Valencia, la de Madrid, el hospital o la estación del AVE. Calculan que se ahorran un mínimo de dos minutos y el consiguiente combustible. Eso sí, al no permitírseles girar por Colón, para desplazarse al Casco tienen que dar más rodeo.

El Ayuntamiento, mientras tanto, gracias al cambio ha incementado las plazas de zona azul alrededor del céntrico parque de San Julián y habilitado una amplia y exclusiva zona de carga y descarga para el hotel Alfonso VIII.


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