El cambio hacia las energías renovables ya es una realidad
No es de prever que se produzca una revolución de un día para otro, pero el modelo de consumo energético está cambiando y puede cambiar más en los próximos años por el auge de la biomasa, que tantas posibilidades ofrece en una provincia de tanta masa forestal como Cuenca y cuenta con el respaldo de las administraciones públicas, la reciente eliminación, gracias a la aprobación del Real Decreto de Acceso y conexión a las Redes de Transporte y Distribución, del denominado “impuesto al sol”, que desde 2015 grababa las instalaciones de autoconsumo a través de energía solar superiores a 10kW, o la posibilidad de que las instalaciones fotovoltaicas puedan ser utilizadas para el consumo propio en el interior de cada vivienda, y no solo en las partes comunes de un inmueble como el garaje o el portal, adaptándose sin límites a las necesidades del usuario.
El Gobierno central tiene entre sus objetivos desterrar la energía nuclear del sistema eléctrico español de aquí a 2035 y conseguir que, al final e esta década, más del 70 por ciento de la generación de energía sea renovable. Y en esta línea el presidente regional, Emiliano García-Page, valora el “avance en autonomía energética” que se está registrando en todo el país y asegura que, en el caso de Castilla-La Mancha, Comunidad que ya produce la mitad de su energía a través de fuentes renovables, principalmente fotovoltaica y eólica, hay presentados varios proyectos de energías alternativas que, en el caso de ser aceptados por el Ministerio de Industria y Red Eléctrica podrían generar entorno a 13.000 empleos.
Especialmente, hay que destacar la apuesta que, tanto desde el Gobierno regional como desde consistorios como el de la capital conquense, se está haciendo por la biomasa con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. El Gobierno regional anunció recientemente la instalación de calderas fósiles de biomasa en 47 institutos de la región y la capital ya cuenta desde hace años con este tipo de calderas en colegios como los de Fuente del Oro e instalaciones deportivas como el complejo del Luis Ocaña. Al futuro hospital se le dotará directamente de este tipo de calderas.
A esta apuesta ayuda que el suministro de pellet esté garantizado con la puesta en marcha, en junio de 2018, de un fábrica de biomasa en la pedanía de Mohorte con capacidad para producir 15.000 toneladas anuales, a razón de 3.500 kilos la hora, gracias a los aportes de los recursos forestales de la provincia, en especial de la Fábrica Municipal de Madera, junto a la que está ubicada.
CAMBIO DE RUMBO
En Ecologistas en Acción, su presidenta, María Andrés, celebra este cambio de rumbo en la política energética que confía en que pueda llevar a que tanto particulares como empresas apuesten por las renovables.
Así, destaca que ya hay muchas comunidades de vecinos que han cambiado sus calderas de gasoil por otras de biomasa, aunque reconoce que el proceso puede ser más largo en el caso de la instalación de placas solares, una tendencia frenada por la crisis del sector de la construcción, pues, mientras que “cambiar las instalaciones ya existentes es más complicado”, de haberse seguido construyendo nuevas viviendas estas hubieran venido acondicionadas con nuevos y modernos sistemas de generación de energía no contaminante.
El hecho de que la provincia de Cuenca, y la Comunidad en su conjunto, tenga una gran superficie y un elevado número de horas de sol, sigue despertando el interés de los promotores de las energías renovables y prueba de ello es que Solari anunció recientemente el comienzo de la construcción de una instalación de módulos solares fotovoltaicos en la provincia.
La previsión, así, es que Castilla-La Mancha mejore una posición ya privilegiada en el conjunto nacional, al ocupar el cuarto lugar en producción de energías renovables, el primero en el caso de la potencia fotovoltaica. Y que ello contribuya tanto a hacer el aire más respirable como a generar empleo.
