Un año, por lo menos. Es lo que lleva hundido un amplio tramo de suelo, de entre 20 y 30 metros cuadrados, de la plaza de la Constitución, según denuncian comerciantes de la zona, muy indignados con el Ayuntamiento de la capital.
Operarios municipales intervinieron hace meses en esta vía pública, levantando algunas baldosas y rellenándolas de tierra, para intentar evitar su hundimiento, pero fue un parche provisional que no solucionó el problema.
Es más, este se agravó con el paso de los días. Hasta que hace ahora un mes una mujer, que para colmo acababa de ser operada de una rodilla, piso una de las baldosas afectadas y esta se rompió, quedándose la mujer metida en el agujero. Tuvieron que salir trabajadores de un comercio próximo a rescatarla.
Tras esta caída, que no era la primera en el mismo lugar, pero sí la de mayor gravedad, quedaron dos baldosas rotas y un amplio agujero en la acera que obligó al Ayuntamiento a acordonar la zona con vallas y cinta. Hay un cartel que indica, surrealistamente, que el acceso a la circulación está cortado con motivo de la procesión de la Virgen de la Luz.
Pero los comercios de la zona denuncian que un mes después la calle siga acordonada y no se haya llevado a cabo ninguna intervención. Y es más: el suelo se sigue hundiendo. Basta acercarse a él para apreciar una peligrosa inclinación que, según aseguran, va a más con el tiempo. Recuerda a esas atracciones de feria de habitaciones inclinadas.
Resulta además que el vallado instalado no cumple del todo su función. Hace unos días un joven lo saltó y se puso a almorzar en el banco precintado ubicado junto al agujero. En la tienda de en frente tuvieron que salir a decirle que no podía estar ahí y que se marchara. Así lo hizo. Hay también quien ha utilizado el socavón a modo de papelera, arrojando en él papeles y otros desperdicios.
Algunos peatones han ido trasladando además la valla de sitio para que quedara un poco más de acera para el tránsito peatonal. Una imprudencia porque fuera del vallado hay también suelo peligrosamente inclinado.
negocios afectados
Esta situación afecta a tres negocios ubicados junto a este tramo de acera. Pero sobre todo a la tienda De Cachitos, ubicada justo en frente. “Entre este agujero y los contenedores que tenemos nos hemos convertido en un espectáculo de tienda”, apunta, indignada, una de sus propietarias.
En varias ocasiones han contactado con el Ayuntamiento, pero lamentan que en el servicio de Obras les remitan a la Gerencia Municipal de Urbanismo y en la Gerencia de Urbanismo al servicio de Obras. “Se pasan la pelota unos a otros”.
Entienden que reparar la acera pueda llevar un tiempo, que sea necesario elaborar un proyecto ya que hay que levantar toda la zona, rellenarla de tierra y poner nuevas baldosas. Pero no que pueda llevar ya más de un año así.
Su petición es algo más que una demanda: una súplica. “No es un sitio por donde no transite nadie, sino muy concurrido, y la entrada a un negocio por el que nosotros pagamos unos impuestos considerables”, advierten.
Y mientras ellas siguen a la espera de que alguien haga algo el suelo sigue hundiéndose e inclinándose. Y cada día pasan cientos de peatones, muchos sin saber de la poca estabilidad del suelo que tienen bajo sus pies.
